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La terrible caída que los Chicago Cubs experimentan desde el título de World Series de 2016

Desde la obtención de su primer título de World Series en 108 años, los Chicago Cubs se han sumergido en un tobogán de decepciones que cada temporada se agrava más

Ariel Velázquez
Estados Unidos
JOHN G. MABANGLOEFE

Muchos podrían decir que cualquier penitencia o precio que se deba de pagar por finalizar con 108 años de inutilidad es poco o nada. Los Chicago Cubs tuvieron múltiples generaciones de aficionados que murieron esperando un nuevo título de Serie Mundial. En 2016 la maldición de Billy Goat terminó.

Durante semanas e incluso meses, los seguidores de los Cubs mantuvieron los festejos de un campeonato que alguna vez pareció tan lejano como las estrellas y galaxias que fotografió el telescopio James Webb.

Pero a toda acción corresponde una reacción y la resaca de la gran fiesta del otoño de 2016 ya es un agudo dolor de cabeza para la organización de Chicago la cual forma parte de la realeza de la Liga Nacional en gran medida por una robusta y ferviente base de fanáticos.

Antes de iniciar la segunda mitad de la campaña 2022, los Chicago Cubs se sitúan en el penúltimo sitio de la débil división Central de la Liga Nacional con récord de 35-57 a 14 juegos y medio de la punta.

Los Cubs pierden muchos juegos y reciben muchas carreras. Tienen un diferencial de -86 y ni siquiera Wrigley Field ha sido la fortaleza que solía ser ya que apenas han ganado 18 encuentros en casa.

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La pésima campaña que Chicago está construyendo, es consecuencia de la decisión del gerente general Jed Hoyer, cuando el año pasado apretó el gatillo en una serie de movimientos que alteraron la franquicia. Se despojaron del núcleo que rompió con 108 años sin un campeonato de Grandes Ligas a intercambiar a Anthony Rizzo, Javier Báez y Kris Bryant.

Algunas voces críticas sostienen que los movimientos que realizó la oficina principal no fue porque no tuvieran dinero para pagar las extensiones de tres peloteros favoritos de los seguidores, sino para ahorrar dinero.

Este es el “ciclo” en el que se encuentran los Cubs: la nómina de jugadores pasó de la tercera más alta de la liga (221,6 millones de dólares en 2019) a la décima cuarta (147,6 mdd esta temporada), esto mientras el equipo sigue cobrando 110 dólares por una entrada, dos hot-dogs y una cerveza, el precio promedio más alto para cualquier parque de MLB.

Los Cubs no han logrado que Wrigley Field sea una fortalezaNUCCIO DINUZZOAFP

La campaña pasada los Cubs culminaron con 71 victorias y 91 derrotas, por primera ocasión desde la campaña de 2014, la organización tuvo un récord perdedor. De acuerdo a proyecciones realizadas por múltiples simulaciones, esta temporada también finalizarán por debajo de .500.

Si bien la actualidad de los Cubs aún se encuentra muy distante del lapso de 1946 a 1983 cuando no tuvieron ninguna aparición en postemporada, toda gran tragedia tiene un comienzo y esta podría ser la nueva maldición de los Cubs.

La más reciente aparición de Chicago en Playoffs ocurrió en 2020 durante la campaña alterada por la pandemia de coronavirus. En aquella ocasión, los Cubs fueron derrotados en dos encuentros por los Miami Marlins en la serie de comodines.

Poco que destacar

Nico Hoerner es el único bateador que esta campaña tiene porcentaje por arriba de .500 dentro de los Cubs. El shortstop de 25 años es parte del recambio generacional del equipo. Fue tomado en el Draft de 2018.

Mientras que el pitcheo tampoco ha sido un departamento a presumir. Los Cubs comenzaron la última temporada baja con su rotación como la prioridad número uno y luego salieron y adquirieron un trío de veteranos en Marcus Stroman, Wade Miley y Drew Smyly. Chicago también hizo uno de los fichajes principales de la primavera al incorporar a la estrella japonesa Seiya Suzuki. El mejor de los casos parecía ser un club capaz de estar al menos dentro del alcance de la burbuja del comodín, sin embargo la brújula los encamina a otra campaña perdedora.