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QATAR 2022

“La era de odiar a Irán ha terminado”

Carlos Queiroz, entrenador de Irán, fue aplaudido por los periodistas del país en cuanto ingresó y se retiró de la conferencia de prensa pre-partido. AS consultó a dos de ellos.

Enviado Doha, Qatar
“La era de odiar a Irán ha terminado”
Eduardo López

Carlos Queiroz entró a la sala de conferencias 2 del Main Media Centre de Qatar 2022. ls concurrencia es grande. El auditorio está casi lleno casi lleno. Y es que el entrenador de Irán, quien ya había dirigido a los persas en Brasil 2014 y Rusia 2018, con presentaciones bastante encomiables pese a no alcanzar los octavos de final en ninguna ocasión, defendió al país a través de un hilo de Twitter en el que exigió la renuncia de Jürgen Klinsmann, exfutbolista alemán y actual miembro del Grupo Técnico de la FIFA. El teutón había deslizado en entrevista con la BBC que la victoria de Irán frente a Gales se debía a una estrategia diseñada para perder el tiempo y presionar al árbitro, y que Queiroz, quien había “fracasado en Sudamérica”, encajaba perfectamente “con esa cultura”. “A pesar de tus lamentables comentarios para demeritar nuestros esfuerzos, sacrificios y habilidades te prometemos que no haremos ningún juicio sobre tu cultura, tus raíces y tu trasfondo”, escribió el portugués.

Por ello, en cuanto Queiroz irrumpió jovial en el salón repleto, le rodeó una andanada de aplausos desde los asientos de prensa. No pocos, además. Y muy sonoros. Fueron, en total, tres ovaciones. La primera, cuando el seleccionador subió al escenario y tomó asiento. La segunda, tras una respuesta en la que mentó el poder del fútbol para aliviar la tristeza de los niños del mundo; y la tercera, cuando se despidió de los periodistas. Un político en pleno mitin pre-campaña, a sabiendas, además, de que su victoria está asegurada. Saludó. Sonrío. Habló y habló sin corsés. Le dio una palmada paternal en el hombro a Karim Ansarifard. Y volvió a sonreír. “Espero que este Mundial sea una buena lección para nosotros y que para el siguiente aprendamos que nuestra misión es crear entretenimiento”, sentenció entre aclamaciones.

Al finalizar la conferencia, un par de periodistas iraníes montaron un debate improvisado con cuatro colegas anglosajones. La pregunta que encendió la mecha: “¿Por qué todos los aficionados iraníes abuchearon a los jugadores durante el partido contra Inglaterra?”. Milad Javanmardy, reportero de beIN Sports, repelió: “No, no son todos. Fue una minoría. En Irán hay muchas opiniones”. Y, después, la discusión subió de decibeles. “El máximo violador de Derechos Humanos en el mundo es Estados Unidos. No son nadie para venir a decirnos qué está bien y qué está mal”, sentenció Mahdi Khanalizadeh, también de beIn Sports. “En todos los países hay discriminación. ¿Se acuerdan de Black Lives Matter? ¿Nada que decir sobre eso?”, reviró. Después de casi 10 minutos de deliberación, los oficiales de FIFA conminaron a cerrar los argumentos.

¿Por qué los periodistas ovacionaron a Queiroz tan vehementemente? “En la comunidad del fútbol iraní nos dimos cuenta de que hemos encontrado a un embajador que pueda alzar la voz por nosotros. La era de odiar a Irán ha terminado. No puedes decir algo y esperar que lo dejaremos pasar. Cuando dices algo que hiere a la gente hay repercusiones. Encontramos eso de mucha valía. Sentimos que era nuestro deber aplaudirlo, porque esto es más que fútbol”, explicó Javanmardy a AS.

“Ha habido mucha gente, sobre todo antes del Mundial, intentando crear tensión. Muchas celebridades y figuras políticas han intentado expulsar a Irán del Mundial. Fallaron miserablemente. Ahora, han intentado que los jugadores actúen en contra de la selección nacional, y eso también ha fallado. Después intentarán que los fans peleen unos contra otros. También fallarán en esto. El hecho de que tengamos un entrenador que nos apoye frente a toda esta presión y tensión lo encontramos invaluable. Hemos visto a gente de Irán que vive fuera del país que solo se han dedicado a crear encono. Apreciamos que alguien nos defienda”, añadió el periodista.

Para Javanmardy, el duelo en Al Thumama en el que ambas selecciones se jugarán el pase a los octavos de final de Qatar 2022 tiene una altísima carga emocional. “Antes que nada, todos queremos disfrutar de 90 minutos de fútbol, pero hablando sobre la historia, claro, ha habido un antecedente de casi medio siglo de tensión política entre Estados Unidos e Irán. Desde el golpe de Estado en Irán en 1953, con el derrocamiento del primer ministro Mohammad Mosaddegh, mucha gente en el país se dio cuenta de que la interferencia de EEUU en cuestiones internas de Irán no es justa. Es mucho más que un partido normal, sin duda. Lamentablemente, es una Copa del Mundo muy política”. “Todos los iraníes están felices después del resultado contra Gales. En todos los países hay protestas. Pero, en este caso, sí son minoría. ¿Por qué no le hacen las mismas preguntas al entrenador de Arabia Saudita? ¿O al de Estados Unidos, donde también se violan Derechos Humanos? No es normal que en una conferencia de prensa de fútbol solo estemos hablando de política”, enfatizó Khanalizadeh.

Ninguna mujer iraní preguntó durante la conferencia de prensa, por cierto.