Incluso Coutinho
El Barcelona, para que tenga el derecho a soñar, debe ganar al Bayern Múnich dentro de diez días. Así de simple y sencillo, diez días.
Incluso Coutinho ha defendido varios balones, ha conseguido un penalti y, además, lo ha marcado teniendo como comparsas al banquillo azulgrana que lo han celebrado como el gol de Villa en Wembley en 2011.
Si mete la chilena en el último segundo, tienen que cerrar el estadio y ponerlo como lugar de peregrinaje.
El Villarreal mereció mucho más porque no le pitaron un penalti a favor, sin embargo la comunidad futbolista conoce cómo juega Emery: sin entrar con todo, se le recordará como un gran entrenador pero que nunca pensó como Pep o Zidane. Tuvo su gran oportunidad en el PSG y tampoco pudo realizar el sueño de convertirse en leyenda.
La fragilidad del Barça sigue siendo visible y con el empate aparecen fantasmas del pasado de ayer, no del de hace años, que paralizan cualquier conato de felicidad sutil.
No se puede encajar un gol con la pérdida de un saque de banda. ¡No se puede!
Eric está a punto de caer en el mundo “Fábregas”, es decir, que los culés no se fíen de él. Qué curioso y grande es el fútbol que hay jugadores que caen de pie como Gavi, Nico o Araujo y otros que cojean como Eric. Ojalá se afiance y sea un líder.
El Barça, para que tenga el derecho a soñar debe ganar al Bayern en diez días. Así de simple y sencillo. Diez días para que Coutinho se postule para el Balón de Oro 2022. Diez días para que Dembélé se crea que puede ser un líder innato. Diez días para ganar más credibilidad y que cuando los teutones ataquen, no se caigan los pilares.
Porque en la vida cuando los pilares se quiebran, se resquebraja todo. Eso es lo que pasó con Bartomeu y gracias a Laporta volvemos a crecer.