Ansu Fati es la bandera
Es injusto que el mejor del partido haya sido Gavi, cuando lo que se recordará es el estado de ánimo que ha dejado en el cuerpo Ansu Fati.
Este chico ha dado las gracias a los médicos, a su familia, al equipo y a los aficionados. No ha tardado ni cinco minutos en revolucionar los sentimientos de la culerada y transmitía una paz y una alegría cuando habló para las cámaras que contagiaba.
Ansu Fati es el diez del Barça y cuando le preguntan si es una gran presión, él dice: “no, es un orgullo”.
Además dijo algo muy claro: “somos el Barça”. Parece que la oscuridad en la que nos quiere sumergir el rubio del entrenador, él, no se apunta.
Se ha dado la sensación de que el Barça fuera un equipo de la quinta división de Korea del Norte y no es así. Un club legendario y único en el mundo nunca puede caer como hicieron el United o el Milan durante tantos años de oscuridad y tristeza.
Los Ansus, Demir, Riquis y demás deben imponerse a esa mediocridad que pretende propagar Koeman, solo por el hecho de querer mezclar excusas con razones.
Si hay algo que el Barça tiene, a ver si entera de una vez el PSG o el City, dos clubes que ahora están de “moda” porque los “papás estados” se lo permiten, es que ellos no han demostrado todavía casi nada en sus ligas nacionales y nada en la Champions.
No se dejen enturbiar por campañas de marketing promocionales frugales con jugadores en la cuesta baja de su carrera contra millones de socios y simpatizantes que viven los colores azul granas.
Hoy esa bandera, ¡qué bien lo has hecho Araujo!, ha sido enarbolada cuando se ha metido el tercer gol.
Esa bandera nueva que junta y propulsa los sueños de los culés, se llama Ansu Fati.