PREVIA - CONCACAF NATIONS LEAGUE
'El Clásico de la Concacaf' vuelve en Nations League
México y Estados Unidos escenificarán un capítulo más de su encarnizada rivalidad en la final de la Concacaf Nations League en Denver. Hay un título oficial de por medio.
La final de ensueño, una vez más. México y Estados Unidos definirán por segunda vez consecutiva un título oficial de Concacaf a nivel mayo, tal como lo hicieron hace dos años en el Soldier Field de Chicago, en el marco de la Copa Oro 2019. En aquella ocasión, un gol de Jonathan Dos Santos en la segunda mitad fue suficiente para romper la paridad. El Tri ganó su octava Copa Oro y USMNT ahora busca venganza. En el aire resuenan los ecos de una rivalidad eterna, descarnada: la crítica victoria estadounidense en Roma, el último boleto a Italia '34; el gol de Ambriz en 1994, los 'Dos a Cero' en Columbus; Jeonju, los goles de Donovan y McBride y la patada de Márquez; el milagroso grito de Sabah en 2009; el penalti de Dempsey en 2013; la volea de Paul Aguilar en el Rose Bowl; el imperial cabezazo de Márquez para romper la maldición de Columbus; todo, hasta desembocar en el Empower Field at Mile High de Denver.
Parece, eso sí, que la mística de la rivalidad es superior al estado de forma actual de ambos equipos. Estados Unidos requirió de la astucia de Jordan Siebatcheu para doblar a una resistente Honduras y México se encomendó a la santidad de Guillermo Ochoa, salvador en la serie de penaltis frente a Costa Rica. El Tri y Team USA tuvieron problemas de generación de juego en las segundas mitades de sus cotejos, bien consignaron Gerardo Martino y Gregg Berhalter, respectivamente. En México, la línea de cinco elementos en retaguardia destanteó, incluso, a los mismos discípulos de Martino, incapaces de crear superioridades en su punto fuerte: el juego por los carriles. En Estados Unidos, el estelar tándem Reyna-McKennie cayó en la trampa de López y Rivas en medio terreno. Ambos resolvieron sus problemas por mera inercia, el peso de la historia y las individualidades, pero en una final se requiere más que eso.
México y Estados Unidos se disputarán un título oficial de Concacaf por séptima ocasión. Las seis anteriores corresponden a las finales de Copa Oro en las que han coincidido. El Tricolor tiene saldo a favor: cinco victorias y una derrota, en Chicago, en la edición de 2007, con Bob Bradley y Hugo Sánchez en los banquillos. Los antecedentes inmediatos también sonríen a los otrora verdes: cuatro triunfos, tres empates y tres derrotas. "Será un partido de alta exigencia, el más importante del verano para nosotros", ya lo vaticinó Martino. Y es que como para la Copa Oro ambas selecciones amagan con enviar a plantillas alternativas, el partido estelar es ahora. Pulisic, McKennie, Reyna, Sargent. Lozano, Herrera, Guardado, Ochoa. El partido alma de Concacaf, uno más, prepara otro capítulo para la eternidad.