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Aniversario 11 de septiembre

Vuelo 93: ¿Por qué no llegó a su destino en el atentado del 11 de septiembre?

Se cumplen 19 años desde que cuatro aviones comerciales fueron secuestrados, pero uno de ellos no llegó a su destino. ¿Por qué fue así?

Estados Unidos
Se cumplen 19 años desde que cuatro aviones comerciales fueron secuestrados, pero uno de ellos no llegó a su destino. ¿Por qué fue así?
Getty Images

Hace 19 años, cuatro aviones comerciales de Estados Unidos fueron secuestrados por un grupo terrorista conocido como Al Qaeda. Dos de ellos se estrellaron en las torres gemelas del World Trade Center en la ciudad de Nueva York, dejando miles de víctimas.

Los vuelos 11 de American Airlines y 175 de United Airlines fueron los primeros que fueron secuestrados y que fueron a impactar uno en la torre Sur y otro en la Torre Norte.

El tercer avión que fue secuestrado por el grupo yihadista mencionado, y que era el vuelo 77 de American Airlines y que fue empleado para ser impactado en la fachada oeste del pentágono en el estado de Virginia.

Sin embargo, el cuarto avión de los secuestrados, iba dirigido al Capitolio, en la capital del país norteamericano, Washington, D.C. Al final, no terminó llegando a su destino y se estrelló en la base de Shanksville, Pennsylvania, a 208 kilómetros de su lugar de destino.

¿Por qué no llegó a su destino el Vuelo 93?

El vuelo que despegó de San Francisco a las 08:42 horas contaba con cuatro secuestradores del grupo Al Qaeda (Ziad Jarrah, Ahmed al-Haznawi, Saeed al-Ghamdi y Ahmed al-Nami).

Los cuatro se levantaron y amenazaron con cuchillos y cortadores de cajas a la jefa de azafatas para que abriera la cabina. Una vez que obedeció, los secuestradores mataron al capitán y primer oficial del vuelo. Después de enterarse de lo ocurrido en las Torres Gemelas, los pasajeros entendieron que era un atentado suicida.

Los pasajeros Tom Burnett, Todd Beamer, Mark Bingham y Jeremy Glick, formularon un plan para recuperar el avión. Ante ello, intentan derribar la puerta de la cabina, lo que escucharon los secuestradores, quienes entraron en pánico y después de analizar sus opciones optaron por estrellar el avión en Shanksville, Pennsylvania.