Coronavirus: La causa externa que más ha afectado a la MLB
En los 119 años que la liga tiene con el actual sistema, cuando nació la Liga Americana, nunca antes habían parado las actividades como actualmente sucede a causa del Covid-19.
En 1901 la Major League Baseball inauguró el formato que actualmente se conoce, de dos ligas, al integrar la Americana a la par de la Liga Nacional. Un par de años después, en 1903, se jugó el primer Clásico de Otoño en su historia. Desde entonces, en más de un centenario de existencia de las Mayores, ningún factor externo logró parar con el calendario en la forma que lo ha hecho la pandemia por coronavirus (Covid-19).
El paro inició con el Spring Training en marcha y a medio ciclo el 12 de marzo, terminando así con todas sus actividades de la primavera antes de lo esperado (24 de marzo). De momento, la oficina del comisionado de la MLB, Rob Manfred, ha anunciado el retraso del Opening Day dos veces, por lo que la liga está estipulada para cantar el primer playball del año a mediados de mayo.
El aplazamiento del calendario regular, entre boletos de entradas, patrocinios y contratos televisivos, le ha costado a la liga dos mil millones de dólares, de acuerdo con Forbes.
La Primera Guerra Mundial estalló a finales de julio de 1914, cuando la liga ya iba por su onceava Serie Mundial, y aunque en abril de 1917 Estados Unidos se unió al bando de los Aliados, la liga no cerró sus puertas a pesar de la actividad bélica del otro lado del Atlántico.
En aquel entonces, el secretario de Guerra de Estados Unidos, Newton D. Baker, había determinado que el baseball no sería considerado un trabajo esencial, y que todos lo peloteros dentro de determinado rango de edad estaban sujetos a “trabajar en industrias esenciales o ir a la Gran Guerra”, detalla Baseball Almanac.
De esa etapa, Baseball Reference cita a ocho peloteros de las Ligas Mayores que murieron como resultado de su servicio en la guerra: Eddie Grant, Tom Burr, Ben Troy, Ralph Sharman, Larry Chappell, Harry Glenn, Newt Halliday y Harry Chapman.
El juego entre afroamericanos y blancos en el mismo parque de pelota fue inconcebible a causa de las ideas raciales que imperaban en el primer cuarto de siglo, hasta que Jackie Robinson rompió con ello en abril de 1947, al firmar un contrato para ser jugador de cuadro de Brooklyn Dodgers. Antes de ello, toleteros como Robinson o Larry Doby jugaban en la Negro League. Los peloteros de esa liga Ted Kimbro, Norman Triplett y Pearl Webster también fallecieron mientras realizaban su servicio militar.
La primera medida para detener actividades a causa de la Gran Guerra se tomó en las Ligas Menores, cuando estas comenzaron a cerrar una por una, y posteriormente terminó desencadenando en la reducción de la temporada en la Gran Carpa, en 1918, terminando sus actividades el 1 de septiembre.
Chicago Cubs y Boston Red Sox fueron los invitados a la Serie Mundial, en una temporada en la que el equipo que menos encuentros disputó fueron St. Louis Browns (ahora Baltimore Orioles), con 123.
Actualmente, el himno nacional estadounidense, “The Star Spangled Banner”, es entonado de forma religiosa antes de cada encuentro en los parques de pelota. En el tradicional estirón de la séptima entrada del Juego 1 de aquella Serie Mundial, una banda militar entonó por primera vez dichas notas musicales como tributo a todos los soldados en servicio ausentes y presentes durante el encuentro. Fue a partir de allí que empezó a reproducirse durante cada Serie Mundial y durante cada Opening Day, aun cuando en la época no era el himno oficial del país.
La Serie terminó en favor de los Red Sox 4-2 sobre los Cubs. Además, aquella final de la MLB es recordada históricamente como el último campeonato en el Siglo XX de la novena de Massachusetts, así como la última que Babe Ruth ganó para el equipo antes de partir a New York Yankees, para dar inicio a “la maldición del Bambino”, misma que terminó en 2004.
Segunda Guerra Mundial
Por poco, el baseball paraba sus actividades durante la primera mitad de la década de 1940.
Para los años cuarenta, el baseball vivía su época dorada. El 7 de diciembre de 1941, los japoneses atacaron Pearl Harbor. En los encuentros anuales de invierno, los cuales dieron inicio al siguiente día del ataque, el 8 de diciembre, en Chicago, permaneció la duda en el aire si sería prudente cancelar la liga durante los años que durara la Segunda Guerra Mundial.
El presidente de Estados Unidos en turno, Franklin D. Roosevelt, respondió con la famosa carta “Green Light Letter” en enero al comisionado Kenesaw Landis, donde le expresó “honestamente creo que lo mejor para el país es que el baseball continúe”, de acuerdo con Dan Olmsted, historiador investigador del Institute for the Study of War and Democracy.
La Gran Carpa se jugó con normalidad. Roosevelt, a quien The New York Times llegó a calificar como el “Fan número uno del baseball”, mostró su apoyo al deporte más popular en su país: “Considero que el baseball es algo bueno para la gente durante la guerra”.
Durante la Segunda Guerra Mundial, en la cual Estados Unidos se unió a los Aliados y después se conformaron como uno de los Cuatro Grandes, más de 500 peloteros estuvieron a disposición del servicio militar estadounidense. Entre ellos, los integrantes del Salón de la Fama Ted Williams, Joe DiMaggio, Stan Musial, Hank Greennberg y Bob Feller.
Huelgas
Entre las causas internas, la liga ha sufrido cuatro huelgas que pararon su actividad (1972, 1981, 1985, 1994-95) y un cierre (1990).
La de 1972 es de gran relevancia por ser la primera de todas ellas. Aunque el paro de actividades solamente ocurrió del 1 al 13 de abril, luego de que los dueños y los jugadores acordaran un incremento de medio millón de dólares al plan de pensiones. De igual forma, aquel año los propietarios acordaron agregar el arbitraje salarial al Acuerdo Colectivo. Solamente se perdieron 86 encuentros en aquel entonces o bien, un aproximado entre seis y ocho por equipo.
Una de las más trascendentes huelgas, por las consecuencias que derivaron de ella, llegó en 1981. Sports Illustrated utilizó una de sus portadas para hablar sobre el tema “Huelga, la salida provocada por los dueños” (“Strike! The Walkout the Owners Provoked”). El paro de la liga se dio luego de que los dueños quisieron recuperar terreno perdido. En siete semanas de negociaciones los propietarios demandaban una compensación por perder un agente libre a otro equipo. Querían recuperar a un pelotero seleccionado por el equipo hacia donde su agente libre habría partido. Para los peloteros, esto se trataba de demeritar el valor de la agencia libre.
En total, se cancelaron 713 partidos, 38% del calendario de la MLB. El paro comenzó el 12 de junio y finalizó el 31 de julio, dividiendo el calendario en dos partes. El representante de la Asociación de Jugadores (MLBPA, por sus siglas en inglés), Marvin Miller, fue el encargado de las negociaciones, mismo que entró al Salón de la Fama este año, como el primero en la historia que por su desempeño en un cargo similar accede a Cooperstown.
El paro laboral más conmemorativo dentro de la liga ocurrió en 1994. Ante el deseo de los propietarios de implementar un tope salarial, a lo que los toleteros reaccionaron con negativas, en 1994 ocurrió otra huelga que terminó con el calendario de forma abrupta en agosto y evitó que se jugara la postemporada, así como el Clásico de Otoño, por primera ocasión desde 1904.
948 partidos fueron cancelados en total, y al no celebrarse los playoffs, la MLB se convirtió en la primera liga deportiva profesional sin postemporada por un paro laboral. El impacto de la huelga fue tal que también la temporada siguiente se vio afectada. En 1994 solamente se disputaron 113 partidos, por la mayoría de los equipos, cuando todo pintaba que Montreal Expos (hoy Washington Nationals) estaban encaminados para levantar el gallardete de Serie Mundial. En 1995, todos los equipos jugaron 144 encuentros en el calendario.
9/11
La anterior ocasión en la que la liga tuvo que detener el calendario ocurrió en septiembre de 2001, luego del ataque terrorista al World Trade Center, en New York. El baseball se detuvo por una semana y pudo reanudar dichos encuentros al final de la temporada, antes de iniciar con la postemporada. En el primer encuentro regresando del paro, miles de fanáticos abarrotaron las butacas del Yankee Stadium.