Los Bears adquieren a Nick Foles en cambio con Jaguars
El ex MVP del Super Bowl llega a Chicago a competir con Trubisky luego de apenas un año en Jacksonville.
Mitch Trubisky se ha quedado muy por debajo de las expectativas desde que Chicago lo seleccionó por delante de Deshaun Watson y un Patrick Mahomes. Nick Foles, por su parte, jamás pudo jugar a la altura de su contrato de 88 millones de dólares en su primera temporada en Jacksonville.
Ahora, los dos proyectos fallidos tendrán una lucha a muerte por la titularidad en los Bears después de que Chicago adquiriera el miércoles al ex MVP de Super Bowl en un canje con los Jaguars a cambio de una selección de cuarta ronda.
El movimiento deja en evidencia el fracaso de dos organizaciones al momento de adquirir a la pieza fundamental de la ofensiva.
Por un lado, Chicago no encontró en Trubisky lo que deseaba de una segunda selección global del draft de 2017, pues en tres temporadas de marcados altibajos, Trubisky se ha mostrado incapaz de desprenderse la etiqueta como un administrador del juego para convertirse en el quarterback que necesita la ofensiva de los Bears para estar a la par de una defensa dominante.
Por el otro, Jacksonville le ofreció hace casi un año un contrato a Foles por cuatro temporadas y 88 millones de dólares, 50 de ellos garantizados, con la esperanza de que el veterano pudiera repetir el truco de 2018, cuando salió de la banca para llevar a los Eagles al campeonato (dejando a los Bears en el camino). En cambio, Foles apenas inició cuatro partidos gracias a una fractura en la clavícula y terminó con tres pases de touchdown y dos intercepciones.
El movimiento también resalta la poca paciencia de dos organizaciones que han intentado de todo para solucionar un añejo problema detrás del centro, sin mucho éxito sobra decir.
Después de pagarle más de 40 millones de dólares a Foles al momento de estampar su rúbrica en el contrato y cambiarlo prácticamente por monedas a Chicago, dejará un golpe de 18.7 millones en dinero muerto en el tope salarial en Jacksonville. Eso, aunado a los 16.5 que les dejó Blake Bortles el año anterior representa 30 millones inutilizables en el tope salarial. Y ninguna solución.
La situación en Chicago no es mucho mejor. Desde el inicio del siglo, los Bears han finalizado apenas una vez entre los 10 primeros de la liga en yardas aéreas ─durante el “año de gloria” de Jay Cutler en 2013. Y Trubisky no ha demostrado en tres temporadas ser el que responda a esa añeja pregunta.
Sin más respuestas disponibles, la gerencia Ryan Pace no tuvo más opción que llevarle competencia real a Trubisky con la esperanza de que la presencia de Foles lo lleve a explotar todo su potencial.
Al mismo tiempo, Chicago adquiere a Foles a cambio de muy poco para colocarlo en una posición en la que ha dado sus mejores resultados en 8 años en la liga, como suplente con la posibilidad de arrebatar la posibilidad.
Para los Bears, la llegada de Foles tiene sentido, no solo por el precio, sino que el exquarterback de los Jaguars se reunirá en Chicago con el coach Matt Nagy,coordinador ofensivo durante su estadía con los Chiefs en 2016; el coordinador ofensivo Bill Lazor, quien estuvo en Filadelfia durante la primera etapa de Foles con los Eagles; y el coach de quarterbacks John DeFilippo, con quien estuvo en Filadelfia en su segunda etapa.