¿A qué esperan a cambiar?
Cuando el Madrid agonizaba porque la Juve les estaba remontando aquella semifinal de Champions de hace dos años, en el descanso Zidane cambió a dos jugadores, uno era Casemiro y el otro no me acuerdo.
Al final, si os acordáis el Madrid pasó la semifinal con aquel penalti a Lucas Vázquez. El desaparecido Lucas.
Pues bien, en la rueda de prensa le preguntaron al calvo mago: “Mister ¿sabías que los cambios que hacías en la segunda parte te iban a ayudar para remontar el partido?” y él, brillantemente respondió “No lo sabía, pero tenía que… cambiar”.
Y es eso. Esa es la clave. Cambiar. ¿Por qué se empecina el Barça en no cambiar? Ya pasó lo de Roma, luego lo de Liverpool y el otro día el Levante.
La pregunta no es ¿por qué no se cambia algo?, ahora la pregunta ya es ¿por qué se tarda tanto en cambiar?, porque estaremos de acuerdo que el concepto ya está resquebrajado y roto. Tanto se sabe que hoy el Camp Nou ya ha silbado.
Los entrenadores no los echan los presidentes, los echa el estadio sea el Camp Nou o el Santiago Bernabéu, te pongas como te pongas.
La táctica “Balones a Messi que él lo solucionará” ya no existe. Se tiene que revolucionar, no basta con la evolución. Si queremos que sea Frankie el nuevo generador de juego, pues que sea así. Si queremos que sea Arturo Vidal, pues entonces cerremos el campo y juguemos a los bolos.
Cuando pierdes la autenticidad, cuando te olvidas de tus valores, no eres nada ni nadie y como decía el President Nuñez, “ al soci no se le puede engañar”.