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NFL

Lo bueno lo malo y lo feo de la semana 9 de la NFL

Difícilmente se puede escribir un guion más triste para los últimos capítulos en la ilustre carrera de Adam Vinatieri.

Estados UnidosActualizado a
Difícilmente se puede escribir un guion más triste para los últimos capítulos en la ilustre carrera de Adam Vinatieri.
Justin BerlAFP

Lo bueno

La defensiva del “Legion of Boom” está oficialmente extinta, pero no hay nada que temer en Seattle siempre que Russell Wilson esté detrás del centro.

La tarde del domingo el quarterback de los Seahawks engordó sus credenciales para entrar en la conversación por el MVP con una actuación crucial de cinco pases de touchdown para guiar a Seattle en un fabuloso escape de las garras de la derrota.

Wilson empató una marca personal de espirales anotadoras en un encuentro, la última de ellas en la primera ofensiva del tiempo extra para aniquilar de un plumazo cualquier esperanza de Tampa Bay de firmar una de las mayores campanadas de la temporada.

La actuación de Wilson, la tercera de su carrera con 5 TDs sirvió para borrar una desventaja de 14 puntos a finales de la segunda mitad y poner finalmente a Seattle al frente por primera vez a mediados del último cuarto.

Wilson fue particularmente efectivo cuando el equipo más lo requirió. Llevó a los Seahawks a colgar 13 puntos en el cuarto periodo para mantenerse a la par de la potente ofensiva de Tampa Bay. Lo malo es que debieron ser 16. Con 46 segundos en el reloj, a Wilson le tomó 43 de ellos poner a Seattle en posición para ganar el partido en tiempo regular, en buena parte gracias a su escapada de 21 yardas, pero Jason Myers falló el intento de gol de campo.

No importa, los Bucs solo postergaron lo inevitable. Wilson completó 5 de 8 para 70 yardas en el tiempo añadido, las últimas 10 con su envío a Jacob Hollister para finalizar el partido y devolverle a Seahawks la etiqueta de contendiente. De la manera en que está jugando Wilson, sería irresponsable no tener en mente a Seattle al hablar de candidatos al Super Bowl.

Lo malo

Desde que Adam Gase fue captado persiguiendo solo Dios sabe qué con la mirada durante su conferencia de prensa de presentación, se sabía que su estancia al frente de los Jets sería interesante, por decir lo menos.

Una guerra con su gerente general, un rechazo inicial a la adquisición del estelar Le’Veon Bell y una serie de reportes de reconstrucción total previos a la fecha límite de cambios después, Gase finalmente tocó fondo el domingo cuando su inerte equipo perdió ante unos Miami Dolphins con (mucho) más dignidad que talento.

La derrota de los Jets ante un equipo que al inicio de temporada parecía no tener siquiera la intención, ya no digamos la oportunidad, de ganar un juego, es tan solo el siguiente paso natural para un equipo en crisis y que parece sumido en un círculo vicioso de reconstrucción perpetua. Más triste que el resultado en sí para los Jets, es el hecho de que no hay una solución a la vista.

En vez de competir o, al menos dar un paso hacia la trascendencia esta temporada, ahora a lo más que aspiran los Jets es a luchar por la primera selección global del próximo Draft. Y eso es particularmente triste.

En condiciones normales, un equipo podría encontrar cierto consuelo en que su innegablemente talentoso núcleo pudiera aspirar a sumar a la primera selección del próximo Draft y encontrar, finalmente, el camino para escapar de la mediocridad. Pero se trata de los Jets, un equipo que conserva a un solo jugador –Sam Darnold– de los últimos nueve que han tomado en la primera ronda.

Lo feo

¿Alguien sería tan amable de decirle a Roberto Aguayo que deje de jugar y le devuelva el uniforme a Adam Vinatieri? Si ese no es el caso, lo de Vinatieri comienza a ser alarmante, y lo que es peor, posiblemente definitivo.

El veterano de 46 años pudo haber intentado el domingo su último gol de campo en la NFL. De ser el caso, fue una patada horrorosa y que podría tener enormes implicaciones en la temporada de los Colts.

Con el triunfo en su pierna derecha y el balón a 43 yardas de distancia, lo único que tenía que hacer Vinatieri es repetir un proceso que había hecho otras 594 veces con éxito en su ilustre carrera: Patear el balón entre los postes. En cambio, su punterazo nunca tuvo una oportunidad y terminó por costarle a Indianapolis el liderato en solitario del Sur de la AFC.

Sí, Rigo Sánchez hizo un espantoso trabajo como sujetador al colocar las cuerdas del balón hacia el pateador. Se trata del tipo de errores que enloquecen a alguien al punto de querer secuestrar a la mascota del equipo y obligan la intervención de Ace Ventura. Pero no es excusa.

Vinatieri, a quien previamente le bloquearon un intento de punto extra (ahí van cuatro puntos en una derrota 26-24, pero nadie está contando), ha errado cinco de 17 intentos de gol de campo y otros 5 de 19 intentos de punto extra. Por sí solos, esos números son malos, pero se vuelven inaceptables en un equipo que no sabe más que jugar partidos apretados y que el domingo se había mantenido en el juego a pesar de perder a su quarterback en el segundo cuarto.