Todo es tan aburrido

Nada fuera de lo normal. Seguimos acercándonos al reverso tenebroso de la fuerza. El lado oscuro. O a lo mejor ya llevamos un par de años y no nos hemos enterado.

Los dos partidos del Barça y del Madrid han sido soporíferos. De hecho, no recuerdo el último partido genial del Barça y menos del Madrid.

Seguimos arrastrando nuestras ilusiones confundidas con penas y recuerdos. Imaginamos que volveremos a reinar y nos estamos inclinando más hacia la Serie A que a lo que era la Liga en tiempos de Guardiola, Iniesta, Ronnie... solo nos queda Messi.

Mourinho ya demostró tanto en el Madrid como en el United lo sobrevalorado que fue, pero es lo que había: fichó a talonario para crear dioses fatuos que la gente adore durante un corto espacio de tiempo para luego, empujarlos sin inmutarse y caer en el foso del olvido. Como Alexis. Y al bueno, le hizo la vida imposible (Pogba).

Un Madrid del 2014 y un Barça en decadencia inminente nos regalan cada tres días noventa y poco minutos de cansancio infinito.

Solo Ansu Fati te hace inclinarte hacia adelante en el sofa lleno de patatas. Y para ser justos, Hazard lo intenta aunque no sea ni tenga el mejor cuerpo que dislumbraba en sus pretéritos años dorados en el Chelsea.

Nadie juega bien (al Atlético ni nombrarlo), pero seguiremos esperando a que llegue la Champions y veamos si el Inter le mete tres al Barça como ya hizo el PSG al Madrid. O será el City, o el Bayern o cualquiera que tenga 500 millones de presupuesto.

Es cuestion de días, esperar la estacada final. Sobretodo si siguen sin haber revoluciones y al paso que veo los días pasar, no parece que vaya a ser posible. Hay demasiado miedo. A no sé qué.