Jim “Machine Gun Kelly” es todo un campeón en la vida
El ex quarterback de Buffalo no pudo ganar ninguno de los cuatro Super Bowls que jugó, pero su lucha contra el cáncer es inspiradora
Los jugadores de football usualmente son vistos como guerreros. Sus uniformes miles de veces han sido comparados con las armaduras del medioevo.
Y sí. Muchos de esos jugadores son verdaderos guerreros. Pero hay de guerreros a guerreros. Y muy pocos pueden compararse con Jim Kelly.
En el terreno de juego, los fans de los Buffalo Bills jamás olvidarán las proezas de uno de los mejores quarterbacks de su generación. Pero es en la vida donde Kelly ha demostrado ser un campeón.
En sus 11 temporadas con los Bills, Jim Kelly guió a su único equipo en la NFL a cuatro apariciones consecutivas en el Super Bowl, pero no pudo llevar el Vince Lombardi a las vitrinas en Buffalo.
Cuando se retiró, después de la campaña 1996, su rating de 84.4 era el sexto mejor en la historia de la NFL y sus 35,467 yardas lo ubicaban en el décimo lugar de todos los tiempos. Ocho veces en su carrera pasó para más de 3,000 yardas en una temporada y tuvo 26 juegos de 300 yardas.
Por algo era mejor conocido como “Machine Gun Kelly”.
Jim fue seleccionado por los Bills en la primera ronda del Draft 1983, pero el talentoso quarterback prefirió firmar con los Houston Gamblers de la USFL. En dos años con los Gamblers sumó 9,842 yardas y 83 touchdowns.
La última campaña de la USFL fue en 1985 y entonces Kelly se unió a los Bills, convirtiéndose rápidamente en la cara de la franquicia.
Kelly fue el comandante en jefe de una ofensiva llamada “K Gun” (una variante de la “Run & Shoot”) que operaba sin reunión y era una pesadilla para cualquier defensiva.
Con Thurman Thomas en el backfield y receptores de la talla de Andre Reed y James Lofton, Kelly llevó a los Bills a los Playoffs ocho veces.
En el terreno de juego había pocos como él, pero la vida le pondría nuevos y más grandes retos.
“Siempre me consideré uno de los tipos más fuertes y no sólo hablo de la NFL sino de la vida diaria”, dijo Kelly, aún en activo. “Creo que cuando creces en una familia con seis hombres tienes que ser fuerte. Recuerdo cuando tres de mis hermanos me golpeaban o yo golpeando a mis hermanos menores… si no eras fuerte no eras parte del grupo, no eras un Kelly”.
Toda esa fuerza iba a ser requerida para la vida después de la NFL.
En junio de 2013, Jim anunció que fue diagnosticado con cáncer en la mandíbula. Eso fue ochos años después de haber perdido a su pequeño hijo Hunter, quien murió en 2005, cuando apenas tenía apenas ocho años, víctima de la rara enfermedad de Krabbe.
En septiembre de 2014, Jim dijo que estaba libre de cáncer, y desde entonces tiene que someterse a pruebas de seguimiento.
A principios de marzo de 2018 su familia reveló que el cáncer había regresado y nuevamente tuvo que someterse a su rudo tratamiento.
Pero el mes pasado, a través de su cuenta de Instagram, su esposa informó que el “Machine Gun Kelly” tiene más de un año “limpio”.
Quizá no pudo ganar un Super Bowl, pero Kelly es un guerrero, un ganador y ejemplo para cualquiera en la vida.
Cinco veces fue invitado al Pro Bowl y en 1991 fue designado primer equipo del All-Pro, tras liderar la liga con 33 pases de touchdown.
Jim Kelly nació el 14 de febrero de 1960 en Pittsburgh, Pennsylvania. Jugó en la universidad de Miami y fue entronizado en el Salón de la fama en 2002.