Gracias a Wetzinger, Niki Lauda disfrutó 14 años más de vida
Brigit Wetzinger fue la mujer que hizo que el mundo pudiera disfrutar de Niki Lauda por 14 años más. Su esposa le donó un riñón.
Brigit Wetzinger era una azafata de la aerolínea del mítico corredor de Fórmula 1, pero el destino le tenía preparado otro camino. Después de unos meses saliendo con Niki Lauda tomó la decisión más importante de su vida, ya que le regaló a su jefe un riñón en 2005; gracias a este acto ella y el mundo pudo disfrutar por 14 años de la leyenda de las carreras.
Lauda tuvo un accidente en 1976, mismo que le desfiguró la cara y le causó daños en sus órganos vitales. Gracias a este accidente el piloto nacido en Viena tuvo que pasar en diversas ocasiones al quirófano para realizarse trasplantes de órganos. La donación de Wetzinger fue la segunda que se había realizado Niki. La primera fue en 1997 y el donante fue su hermano.
Brigit era 20 años más chica que Lauda, pero no fue factor para que el amor los uniera. La joven azafata estaba tan enamorada del empresario austriaco que a pesar de la negativa de Niki, ella decidió hacerse los estudios y en caso de salir positivo donarle el riñón. El motivo por el que Lauda no quería que fuera la donante era porque él no hubiera hecho lo mismo por ella; pero eso no fue motivo para cambiar su idea.
Tres años después de realizarse el trasplante, Lauda y Wetzinger se casaron, según la leyenda de las carreras no tuvo nada que ver la donación, ya que lo hizo por amor. Niki y Brigit formaron una familia donde tuvieron dos hijos, Mia y Max.
El pasado lunes Lauda se despidió de este mundo debido a un fallo renal, pero gracias al gran acto de amor de Wetzinger el mundo del automovilismo pudo disfrutar de una leyenda por 14 años más.
Último trasplante
Lauda se había sometido el pasado verano a un trasplante de pulmón, mismo que lo obligó a estar hospitalizado varios meses. Niki tuvo que volver al hospital en Enero debido a una fuerte gripe que contrajo en Ibiza en las fiestas de decembrinas.
Leyenda
Niki se convirtió en leyenda cuando se puso el casco para correr el Gran Premio de Monza con apenas seis meses de sufrir uno de los accidentes más aparatosos de la Fórmula 1. Esta decisión se considera una de las hazañas más valientes en la historia del deporte.
Lauda fue tres veces campeón de la F1 y se convirtió en un referente de las carreras en toda la historia. Su legado quedará para la historia y en el corazón de los fanáticos del automovilismo.