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Bill Belichick ganó el Super Bowl como en los viejos tiempos

Estados Unidos

Cuando Bill Belichick inició su carrera como head coach en la NFL, tenía la reputación de ser un joven genio defensivo. De hecho, ganó sus dos primeros Super Bowls como coordinador defensivo de los New York Giants, en 1986 y 1990, bajo las órdenes de Bill Parcells.

Belichick tuvo su primera oportunidad como head coach en 1991 con los Cleveland Browns, en ese entonces como el entrenador más joven de la NFL a los 38 años de edad. Tres años más tarde pudo imprimir su sello con los Browns y los llevó de regreso a los Playoffs gracias a una defensa que fue líder de la liga al aceptar únicamente 204 puntos.

En la campaña 2001, en su segundo año como coach en New England, los Patriots sorprendieron no sólo por avanzar al Super Bowl sino por hacerlo de la mano de un joven y entonces desconocido quarterback llamado Tom Brady.

En aquel Super Bowl XXXVI, la defensiva de Belichick maniató a los Saint Louis Rams y la mejor ofensiva de la NFL, mientras Brady comandaba la primera de su larga historia de series ofensivas ganadoras, en esa ocasión preparándole la mesa a Adam Vinatieri, quien ganó el juego con un gol de campo de 48 yardas en la última jugada del partido.

Los Rams totalizaron 427 yardas (contra 267 de los Patriots), pero la agresiva defensa de Belichick forzó tres intercambios de balón, que New England convirtió en 17 puntos.

Gracias a Brady, los Patriots rápidamente cambiaron su identidad, convirtiéndose en un equipo ofensivo. De hecho, New England fue la primera franquicia de la NFL que anota 500 puntos en cuatro campañas, tres de ellas de manera consecutiva (2007-589, 2010-518, 2011-513 y 2012-557).

Hasta este domingo en Atlanta, cinco de los ocho Super Bowls en los que jugaron los Patriots de Belichick y Brady fueron de muchos puntos. Basta recordar la derrota por 41-33 de la campaña pasada ante Philadelphia, o el 34-28 sobre los Falcons en Houston; también está el 28-24 contra Seattle y el 32-29 contra Carolina, todos juegos de más de 50 puntos combinados.

Y así se esperaba el duelo ante Los Angeles Rams y la creativa ofensiva del coach Sean McVay, que terminó como la segunda de la liga con un promedio de 421.1 yardas y 32.9 puntos por juego en 2018.

Pero Belichick y su staff desmantelaron esa bomba con la mejor actuación de su defensiva en la campaña, permitiéndole solo tres puntos y 260 yardas al explosivo ataque angelino.

“Defensa en equipo”, dijo Belichick al final del Super Bowl LIII. “No hay un solo hombre que pueda detener a los Rams. Tienen demasiados buenos jugadores, demasiados tipos explosivos y están muy bien entrenados”.

Como es la costumbre en los equipos de Belichick, su defensiva fue disciplinada todo el partido y rara vez fallaron alguna tacleada o asignación.

Jugamos contra la carrera competitivamente. Siento que presionamos al pasador competitivamente. Creo que defendimos el pase competitivamente. No aceptamos jugadas grandes, que ellos les hicieron a todo el mundo. La mayor parte del tiempo mantuvimos el balón delante de nosotros y los forzamos a ejecutar un sólido número de jugadas para mover la pelota. Eventualmente logramos algunas detenciones”, agregó Belichick.

Todd Gurley y C.J. Anderson, la sólida pareja de corredores de los Rams, se combinaron para 57 yardas por tierra. Y eso puso el juego exactamente donde Belichick quería: en las manos del joven quarterback Jared Goff, quien al final del partido cometió el error que selló el triunfo de los Patriots, cuando fue interceptado por Stephon Gilmore.

Creo que nuestra defensa de tercer down fue competitiva. Eso acortó algunas series ofensivas y nos mantuvo fuera del campo”, apuntó el coach de los Patriots.

Los Rams se fueron tres de 13 en tercer down y convirtieron su primer tercer down a 4:25 del final del tercer cuarto.

Una vez que frenaron el juego terrestre, New England se dedicó a presionar a Goff con diferentes blitzes. El quarterback de los Rams fue capturado cuatro veces (dos de ellas por el linebacker Dont’a Hightower) y golpeado otras 12 ocasiones, incluidas tres del linebacker Kyle Van Noy y otras tres de Hightower.

Fue precisamente gracias a un blitz que Goff apresuró el pase interceptado por Gilmore, a 4:24 del final del juego en el Mercedes-Benz Stadium, convertido en una sucursal de Foxborough.

Para Belichick fue un triunfo como en los viejos tiempos: gracias a su defensiva que, en el juego más importante de la campaña, jugó como la mejor de la NFL.