Hondureño buscó una mejor vida y terminó en la cárcel en USA
Allan Rivera dejó su prometedora carrera como futbolista para buscar un mejor futuro en EEUU, esto debido a la delincuencia que se vive en Honduras.
Allan Rivera es un joven de 20 años que salió de su país en la búsqueda de un mejor futuro, su destino Estados Unidos. Una de las promesas del fútbol de Honduras tomó sus cosas y se fue con la caravana con destino a las tierras del tío Sam, esto con la finalidad de buscar mejores oportunidades, pero la vida le hizo una mala jugada y terminó en prisión.
Un futuro prometedor era lo que la gente le auguraba a Rivera, pero la difícil situación económica y social que se viva en Centroamérica obligó a Allan a tomar la decisión más complicada de su vida, ya que terminó uniéndose a una caravana que buscó cruzar de forma ilegal a los Estados Unidos y él fue uno de los que terminó frustrando su sueño gracias a las políticas migratorias del presidente estadounidense.
¿Qué lo orillo a dejar el fútbol y unirse a la caravana?
Los motivos por los que dejó todo por buscar encontrarse con su padre en Estados Unidos reflejan que no importa que tanto puedas tener o que tan famoso seas, lo más importante es tu seguridad y la de tus seres queridos. Rivera siempre pensó que el sería de los catrachos que llegarían a USA en avión, pero no fue así, le toco tomar sus cosas y subirse a una valsa para cruzar un río y buscar una oportunidad.
El futbolista habló con Mundo Hispano donde mencionó la situación en la que se encontraba en Honduras y los motivos por los que tuvo que dejar su carrera en Centroamérica para convertirse en uno más de los miles de hondureños que se unieron a la caravana.
“Tuve varios altercados en Honduras. La primera fue cuando me robaron mi primer auto y me secuestraron a los 17 años de edad. En 2017 me volvieron a robar mi otro auto y todas las pertenencias de mi apartamento, amenazaron a mi familia y a mí mismo”. ¿Quién puede vivir así?, después de ser víctima en diversas ocasiones de la delincuencia decidió embarcarse en un viaje aún más peligroso, pero que al lograrlo podría mejorar su vida y la de toda su familia.
Después de soñar con cruzar en avión la frontera tuvo que hacerlo a pie y en balsa. Lo peor fue que no logró terminar el viaje, ya que fue uno de los detenidos en el maizal por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas estadounidense quienes lo tuvieron por tres días en una celda de la patrulla fronteriza para después ser entregado a un Centro de Detención en Texas donde estuvo dos días y finalmente terminó en la cárcel.
“Fue una tarde que yo iba caminando por el maizal. Me tocaba estar esperando un jalón. Entonces me agarraron. Sufrí tres días en la ‘hielera’ solamente comiendo un sándwich de tomate con jamón y jugo”.
No pierde la esperanza de un futuro mejor
A pesar de todo lo que ha sufrido en estos 10 meses, Allan Rivera no pierde la esperanza de poder regresar a su vida como futbolista. El joven de 20 años confía en que todo saldrá bien y cuando menos se lo espere estará nuevamente en las canchas.
En el tiempo que tiene en USA ha sido apoyado por su padre –único familiar que tiene cerca- quien le ayuda a contratar abogados y por Róger Espinoza – jugador hondureño de Sporting Kansas City- que le ha prometido a ayudarlo para regresar al mundo de la pelota cuando salga de la cárcel.
Sí sale tiene claro que no quiere regresar a su país, ya que no quiere volver a vivir su pasado, además de que su sueño más grande es poder jugar en la MLS o por qué no pensar en jugar en Europa.