La gran incógnita: AFC Este y el dominio de los Patriots
¿Podrá ganar Tom Brady con sus nuevos receptores? ¿A.J. McCarron, mejor que Tyrod Taylor? ¿El adiós de Adam Gase? ¿New York Jets, la sorpresa?
Después del Draft y antes del training camp, AS inicia una serie de análisis, División por División, con la premisa de tratar de responder “la gran incógnita” de las 32 franquicias de la NFL.
Comenzamos la División Este de la AFC.
Patriots: ¿Suficiente arsenal para Brady?
Las bajas del tackle Nate Solder (Giants), los receptores Brandin Cooks (Rams) y Danny Amendola (Dolphins), y el corredor Dion Lewis (Titans) han dejado algunos huecos importantes en el ataque que comanda (todavía) el veterano Tom Brady.
En la primera ronda del Draft, Bill Belichick reclutó al liniero ofensivo Isaiah Wynn y al corredor Sony Michel, que tienen potencial para ser titulares desde la pretemporada.
En la agencia libre, los Patriots se hicieron de los receptores Jordan Matthews y Cordarrelle Patterson, y del corredor Jeremy Hill.
La mejor noticia para Brady es que Rob Gronkowski no se retira, porque es un hecho que el estelar ala cerrada será su objetivo favorito hasta que alguno de los nuevos receptores levante la mano.
Bills: ¿Es McCarron la solución?
Después de jugar Playoffs por primera vez desde 1999, el coach de los Buffalo Bills, Sean McDermott, decidió deshacerse del quarterback Tyrod Taylor, ahora miembro de los Cleveland Browns.
En la agencia libre, los Bills obtuvieron a A.J. McCarron, quien apenas tiene 12 apariciones en su carrera, incluido un juego como titular en postemporada.
Pese al récord de 9-7 (3-3 en la División), Buffalo terminó con la ofensiva total 29 y 22 en cuanto a puntos anotados.
Los problemas al ataque no terminan ahí: el corredor estrella, LeSean McCoy, cumplirá 30 años en julio; la línea ofensiva sufrió algunos golpes cuando el centro Eric Wood fue diagnosticado con una lesión en el cuello que puso fin a su carrera, aunado al abrupto retiro del guardia Richie Incognito. Además, entre los receptores no hay mucho más allá de Kelvin Benjamin.
Si McCarron no puede sacar adelante a esta parchada ofensiva, el novato Josh Allen debutará en Buffalo antes de lo deseado por McDermott.
Dolphins: ¿Última oportunidad para Gase?
La campaña pasada fue turbia y agitada para Miami, que en 2016 terminaron con marca de 10-6 y un lugar en los Playoffs. Un año más tarde, los Dolphins perdieron a Ryan Tannehill en el training camp debido a una lesión de ligamentos y la gerencia general recurrió al entonces retirado Jay Cutler.
El resultado fue un decepcionante 6-10, y en el proceso el corredor Jay Ajayi fue enviado a los eventuales campeones, Philadelphia Eagles.
El nuevo coordinador ofensivo de los Dolphins, Dowell Loggains, aseguró la semana pasada que Tannehill está listo para el training camp.
De las ocho selecciones en el pasado Draft, Miami no usó alguna para reclutar a un quarterback, así que si algo pasa con Tannehill, prácticamente la única opción que tienen los Dolphins es Brock Osweiler, quien terminó 0-4 en 2017 y tiene marca de 13-12 en 6 años en la NFL.
Si los Dolphins no regresan a los Playoffs, es muy probable que en enero de 2019 Gase y el gerente general Chris Grier tengan que vaciar sus oficinas en la 7500 S.W. 30th Street.
Jets: ¿Del sótano a los Playoffs?
Los Jets (5-11) fueron mucho más competitivos de lo que muchos pronosticamos en 2017. Y lo hicieron con Josh McCown y Bryce Petty como quarterbacks, así que el mérito es doble.
En el Draft, los Jets saltaron hasta la tercera selección global para reclutar al que muchos consideran es el mejor pasador de la Clase 2018: Sam Darnold.
La estrella de USC competirá por la titularidad en el training camp con McCown y el recién llegado Teddy Bridgewater, pero Darnold es el favorito para comandar la ofensiva del nuevo coordinador Jeremy Bates.
El gerente general Mike Maccagnan estuvo ocupado en la agencia libre y firmó al receptor Terrelle Pryor, al corredor Isaiah Crowell, al centro Spencer Long y al pateador Cairo Santos.
Si Darnold realmente es de impacto inmediato, no es una locura pensar que los Jets podrían dar la sorpresa y, por qué no, pelear por un boleto como Wild Card en 2018.