Matt Harvey, el Caballero Negro expulsado de Gótica
Del nacimiento de una estrella y la base del futuro a un villano exiliado en solo tres años para los New York Mets que viven una gran campaña. Cardinals vs Nationals en vivo y directo, Juego 4: MLB, NLCS
Nueva York es un lugar fascinante que puede dártelo todo. Fama, dinero y la oportunidad de salir con Adriana Lima. Pero no es gratis, debes darle algo a cambio o te quitará todo eso.
Matt Harvey lo aprendió de la peor manera posible.
Hace apenas cinco años, Harvey era el presente y el futuro de los New York Mets. Un derecho de 24 años con una potente recta y el talento suficiente para devolverle el campeonato que ha esquivado a Queens desde 1986. Ese idilio finalizó el viernes cuando el equipo colocó al pitcher en asignación después de negarse a ir a Ligas Menores.
La caída de Harvey fue precipitosa. De una marca de 9-5 con 2.27 de efectividad, un viaje al Juego de Estrellas y cuarto lugar en las votaciones al Cy Young en 2013, a estar limitado al bullpen con 7.00 de carreras limpias en 27 innings esta campaña.
Todo comenzó con las dos palabras más temidas del mundo del béisbol: Tommy John. “The Black Knight” se sometió a la temida operación a mediados de 2013 y volvió en 2015 con una buena actuación (13-8 y 2.71). Pero algo había cambiado. Su recta ya no rozaba las 100 millas, la curva dejó de romper y el slider se le “colgaba”. Ya no había material para ponchar. Fue el último año que trabajó más de 100 innings.
Pero sus problemas no se limitaron al centro del diamante. Fuera del terreno había demasiada vida social, problemas en el vestuario y un verdugo implacable: la prensa neoyorquina. Los problemas de actitud, salud y rendimiento son una combinación mortal para cualquier atleta, especialmente en Nueva York.
Harvey no solo se sometió a un trasplante en los ligamentos del codo, también sufrió síndrome del opérculo torácico (la misma lesión que aqueja a Julio Urías y puso fin a la carrera de Johan Santana) y una fractura en el omóplato. Harvey era un juego de “Operando” uniformado de pelotero.
Pero Nueva York pudo ser indulgente. La ciudad y los aficionados entienden que solo son personas. Nueva York pudo haber comprendido que los peloteros necesitan divertirse, a fin de cuentas acogieron a “playboys” de la talla de Derek Jeter y Alex Rodríguez. La prensa de Nueva York puede tolerar divas como A-Rod, Dwight Gooden o David Wells.
La única diferencia con Harvey es el rendimiento dentro del campo. Todo eso se vuelve intolerable cuando el pelotero no está a la altura de las acciones fuera del terreno. Harvey nunca entendió la lección.
Y el panorama podría ser más oscuro aún. Ya con 29 años, un largo historial de lesiones y problemas de actitud. La carrera de Harvey podría seguir en picada antes de mejorar. Nueva York cobra una nueva víctima.