La nueva temporada viene con home runs incluidos
Apegándose a la tendencia reciente, el Opening Day de la MLB contó con una buena dosis de pólvora y home runs por todas partes para los aficionados.
Ian Happ marcó el paso desde el primer pitcheo de la temporada: una recta del dominicano José Ureña que terminó profundo en las gradas del jardín derecho de Marlins Park.
La nueva temporada de Grandes Ligas comenzó con fuegos artificiales de largo alcance. Bienvenidos al baseball moderno en donde los home runs son el platillo del día. Todos los días.
El primer día de temporada no fue la excepción, sino más bien la norma, pues se dispararon un total de 33 cuadrangulares, una nueva marca para la jornada inaugural.
Tan solo los Chicago White Sox fueron responsables del 18% de los tablazos de vuelta entera al mandar seis esféricas sobre la barda en la aplastante victoria de 14-7 sobre los Kansas City Royals. Con ese despliegue de poder, Chicago empató a los New York Mets de 1988 con la mayor cantidad de home runs en un juego inaugural.
El antesalista de los White Sox, Matt Davidson, se fue tres veces para la calle durante la masacre a los Royals, convirtiéndose apenas en el cuarto jugador en la historia de Grandes Ligas con tres home runs en el primer juego de la temporada, uniéndose a George Bell de los Blue Jays en 1988, Tuffy Rhodes de los Cubs en 1994 y Dmitri Young de los Tigers en 2005.
A pesar de que Davidson de inmediato se disparó hacia la cima de todas las categorías de poder en la Gran Carpa, de alguna manera resultó opacado. Pues nadie hizo más ruido con su madero que la adquisición estelar de la temporada, Giancarlo Stanton, quien se estrenó con el uniforme de los Yankees con dos panorámicos tablazos, incluyendo uno en su primer turno que, de acuerdo a Statcast salió de su bate a 117 mph, el más fuerte a la banda contraria del que se tenga registro.
El baseball actual se ha convertido en un duelo de poder contra poder, de lanzadores en la loma con brazos capaces de disparar a 100 millas por hora de manera rutinaria, y del otro lado, en el pentágono, hombres capaces de desaparecer esféricas de un solo swing. ¿Para qué aprender a mover a un corredor cuando lo puedo llevar al plato de un tablazo?
Por eso no es de sorprenderse que el año pasado, 118 peloteros hayan conseguido al menos 20 cuadrangulares durante una temporada en la que hubo un récord de 6,104 pelotas que terminaron en las graderías.
De continuar con la tendencia marcada el jueves, el récord de la temporada regular podría resultar efímero.