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Oakland Raiders

¿Jon Gruden vale los 100 millones que le pagarán los Oakland Raiders?

Nadie sabe lo que va a obtener Oakland por su inversión en un coach que ha estado casi una década fuera de los emparrillados.

Oakland
¿Jon Gruden vale los 100 millones que le pagarán los Oakland Raiders?
JUSTIN SULLIVANAFP

Los dueños de equipos de NFL son, por naturaleza, caprichosos. Cuando eres hijo de Al Davis _ y como lo revela tu corte de cabello _ Mark Davis cumple con el estereotipo.

El martes, Davis pagó un alto costo de alrededor de 100 millones de dólares por cumplir con su más reciente capricho: sacar a Jon Gruden de la cabina de televisión para devolverlo al lugar del que fue desterrado con un puntapié en el trasero en 2001.

Para alguien con la cuenta bancaria de Davis, 100 millones podría no ser mucho dinero, especialmente al tomarse en cuenta que está por ganar mucho más ahora que el equipo se mude a su nueva casa en Las Vegas. Sin embargo, el acuerdo de Gruden es el más lucrativo (en dinero garantizado) en toda la liga, incluyendo Matt Stafford (93 millones garantizados).

No solo eso, de inmediato y sin haber demostrado nada en casi una década Gruden se convierte en el entrenador mejor pagado de la NFL con un salario anual de 10 millones de dólares, superando por casi dos millones a su más cercano perseguidor Pete Carroll y por 2.5 millones a Bill Belichick, quien lo supera en Lombardis en proporción de 5-1.

La pregunta aquí es: ¿Jon Gruden vale 100 millones de dólares?

Partiendo de que ningún entrenador de los cuatro deportes estadounidenses tiene más responsabilidad que un head coach de la NFL, la cifra no es del todo descabellada, en especial para uno cuyos hábitos obsesivos de trabajo se hicieron legendarios alrededor de la liga y se llevó esa obsesión a los estudios de televisión.

El tipo no parece haber perdido ni un gramo de pasión durante su ausencia, y nunca en su etapa previa había contado con un quarterback _ su especialidad _ de tal calibre como lo tiene ahora en Derek Carr. Eso y su enfermizo hábito en la sala de videos deberían ser, de inicio, un buen augurio para Oakland.

Pero la NFL es una liga de memoria corta, un lugar en donde la pregunta "¿Qué has hecho últimamente por mí?" se hace con más frecuencia de la que debería, y en ese sentido la respuesta de Gruden es nada. Su mayor mérito fue el de nunca haber quemado un solo puente durante sus nueve años en los micrófonos, al ahorrarse todos los comentarios negativos y expresar solo elogios en sus transmisiones.

Y aunque la NFL tuviera una memoria a largo plazo, la situación no mejora mucho más para Gruden, quien no ganó un solo partido de playoffs y tuvo temporadas de 5-11 y 4-12 en los siguientes seis años después de llevar a los Bucs al Super Bowl contra los Raiders. De hecho, su mejor época fue en Oakland, en el que logró marca de 38-26, no tuvo una sola campaña perdedora y se quedó a la puerta del Super Bowl en el 2000.

Así que tiene mucho que demostrar y los genes Davis nos han enseñado que la paciencia no es su principal virtud. La presión comienza hoy mismo por devolverle el protagonismo a los Raiders y llevar a Carr a un nivel que justifique su gordo y jugoso contrato.

Pero con nueve años de ausencia, la primera tarea de Gruden es la de demostrar que puede ser un head coach en esta liga, la de 2018 que mucho ha cambiado desde que la abandonó de manera poco ceremoniosa al final de la temporada 2008, después de siete años en Tampa Bay en donde su ofensiva solo estuvo una vez dentro de las 10 mejores de la NFL.

El tiempo corre y por lo pronto lo único que tiene Mark Davis a cambio de su inversión es su capricho cumplido. Como niño mimado que escoge el producto caro solo por la marca, eso es lo que tiene en este momento, la marca Gruden, el carisma Gruden y mucha, mucha esperanza.

Si el capricho se convierte en una buena inversión es cuestión de tiempo… y dinero.