Flanagan devuelve Nueva York a Estados Unidos 40 años después

Shalane Flanagan desató la locura en las calles de Manhattan al ganar la Maratón de Nueva York. Esta estadounidense, nacida en Boulder (Colorado), se convirtió en la primera blanca en llevarse esta prueba desde que lo lograse Paul Radcliffe en 2008 y la primera de EE UU que vence desde Miki Gorman en 1977. Entró a Central Park gritando, como una heroína con 2h 26:53 y por delante de Mary Keitany, la keniana que se había llevado las tres últimas ediciones. Shalane había sido segunda en su debut en 2010, siete años han pasado para saborear la gloria en La Ciudad que Nunca Duerme.

Flanagan, de 36 años y medallista de plata en 10.000 en los Juegos de Pekín, atacó en el kilómetro 33, en la salida del Bronx, con convencimiento, como un obús y sin pensar en las consecuencias. El órdago le salió genial, de la mejor manera posible y corrió muy rápido. Porque si la media maratón la pasó a 1h 16:18, acabó la segunda parte de carrera a 1h 10:35, llegando a marcar parciales de millas a 4:52, casi a 3:00 los mil metros. Fortísimo. Ante eso, Keitany tuvo que plegar y conformarse con ser segunda. La nueva reina de Nueva York es Flanagan, una exfutbolista e hija de Cheryl Bridges, que tuvo el récord del mundo de maratón en 1971. Una leyenda y pionera. Ahora Shalane también aparecerá en los libros de historia.  

Unos minutos después de Flanagan (la carrera femenina salió media hora antes que la masculina) se resolvió en ganador en hombres. Fue el keniano Geoffrey Kamworor, un debutante en maratón que llegaba con mucho pedigrí. Campeón del mundo de cross, de media maratón y conocido por ser capaz de soportar ritmos muy exigente. En Nueva York corrió discreto, dejando hacer a Kipsang, Berhanu y Desisa, mucho más experimentados. Fue tímido hasta el kilómetro 39 cuando lanzó un devastador ataque, que sólo dejó con vida a Kipsang. El explusmarquista mundial intentó darle caza hasta el final, pero a Kamworor le quedaba una pizca de energía para la gloria: 2h 10:53. No es un gran tiempo, pero en maratón vale la gloria.