Prescott es la bujía que reactiva el ataque de los Cowboys

El motor de los Dallas Cowboys no estaba apagado, solo necesitaba tiempo para calentarse.

Después de ser limitado a tan solo tres yardas en el primer cuarto, el ataque de los Cowboys ingenió cuatro ofensivas de touchdown de la mano de Dak Prescott y el control de la posición de campo para vencer 28-17 a los Arizona Cardinals y evitar rezagarse en el Este de la NFC.

Pero no fue tan fácil.

Los Cardinals tuvieron el balón durante 13:06 minutos del primer cuarto y dominaron 151 a tres en yardas, pero solo consiguieron una ventaja de 7-0 con una conexión de 25 yardas entre Carson Palmer y Jaron Brown. Pero Phil Dawson falló un intento de gol de campo de 36 yardas. No habría muchas más oportunidades.

La ofensiva de Dallas, que ganó apenas 46 yardas en sus tres primeras ofensivas, finalmente entró en ritmo de la mano de Prescott, quien pasó toda la noche comprando tiempo.

Finalmente tuvo que tomar el asunto en sus manos para igualar el marcador con un acarreo de 10 yardas para capitalizar una serie de apenas 33 yardas gracias al buen trabajo de su defensiva y equipos especiales, que ganaron la batalla de la posición de campo durante todo el encuentro.

Ya en el tercer cuarto y nuevamente iniciando la ofensiva en territorio rival, Prescott encontró a Dez Bryant, quien venció a seis jugadores de Arizona para abrirse paso hacia las diagonales en un touchdown de 15 yardas.

Carson Palmer, quien fue víctima de la presión como lo demuestran las 6 capturas que sufrió, logró completar 29 de 48 envíos para 325 yardas, 15 de ellas en su segundo pase de touchdown, ahora para Larry Fitzgerald que igualó el marcador a 14.

Poco después se acabaría la paridad.

En la primera ofensiva del último cuarto, Prescott salió hacia su lado derecho y encontró a Brice Butler para un touchdown de 37 yardas que pondría a Dallas al frente de manera definitiva. Ezekiel Elliott, quien esta semana no tendrá que enfrentar preguntas sobre su actitud, puso la puntilla con acarreo anotador de 8 yardas.

La ofensiva de Dallas sigue estando lejos de la forma que demostró la campaña anterior, especialmente por tierra, pero en esta ocasión hizo apenas lo suficiente para maquillar las deficiencias con un ansiado triunfo, que no hace mucho por acallar las dudas.