Zach Orr no ha encontrado quien le permita jugar en la NFL
El linebacker de los Baltimore Ravens ha querido desafiar a los informes médicos de su propio equipo, pero se ha encontrado con una dura realidad.
Zach Orr se ha retirado de la NFL. De nuevo. Y esta vez es la definitiva.
El que fuera linebacker de los Baltimore Ravens ha concluido su sueño de volver a la liga y lo ha comunicado a través de un artículo en The Players Tribune. Allí ha relatado sus andanzas de los últimos dos meses, en los que le ha quedado meridianamente claro que ningún médico de la liga le dará permiso para pisar un emparrillado.
Orr, de 25 años de edad, sufrió una lesión en el cuello que, al ser observada por los doctores de los Baltimore Ravens, le llevaron a retirarse el pasado enero. Le decían los informes que corría un gran riesgo en sus cervicales y, por lo tanto, en su movilidad y en su vida, si tenía algún otro golpe en la zona. De ahí que pusiera fin a su carrera.
La lógica de la retirada era absoluta. Pero también la tristeza. Parecía demasiada mala suerte para un chico que se ganó su sitio en la NFL tras no ser elegido en el draft y que en tres años en los Ravens no sólo se había convertido en titular sino que lideró al equipo en placajes en el año 2016. En su futuro había una gran trayectoria intuida y un muy buen contrato económico.
Durante el invierno y la primavera, a Orr se le hizo muy cuesta arriba su situación. Así que fue a consultar con diferentes doctores, no relacionados con la NFL, y estos le dijeron que podría jugar, que habían sido alarmistas en la liga.
Con eso en sus manos Zach Orr reapareció en junio para decir que volvía a ser jugador profesional, que ya no estaba retirado. Se presentó en las instalaciones de los Ravens y los de Baltimore le dejaron que hablara con otros equipos. Y es lo que ha hecho.
Como podía suponerse, los doctores de los Baltimore Ravens no querían correr ningún riesgo, no querían ver con Orr, en un mal golpe, se quedaba inmovilizado en el campo, y otros 17 compañeros suyos han opinado de la misma manera. Seis equipos se interesaron por el jugador, y otros once equipos médicos se han fijado en su caso. Y todos han concluido que no tiene tiene sentido que este en la NFL, que el riesgo es excesivo.
Así pues, y según el propio protagonista con total tranquilidad de espíritu, esta historia concluye como comenzó en enero: con un gran y joven jugador retirándose por problemas médicos irresolubles antes de tener su gran contrato. Una verdadera lástima, desde todos los puntos de vista.