¿Dónde está La Masia?
Paremos, por un momento, de ensalzar a jugadores que acaben en niño. Aunque solo sea por un rato.
Respiremos y dejemos de posicionar al alza productos nuevos desconocidos solo por la variable precio. ¡Qué fáciles somos los humanos de dirigir!. ¿Qué tal es ese reloj? No sé, pero es caro y por tanto será bueno.
Lo del otro día fue un palizón del Madrid al Barça.
No por el resultado, que fue lo de menos. No por el golazo antológico de Asensio, que fue inolvidable, ni tampoco porque el Camp Nou fuera un espejismo de lo que es el Camp Nou de verdad (esto significa que la pañolada que se espera en breve es de las inolvidables).
Fue un palizón porque Isco bailó a los restantes 21 jugadores del campo y porque el mejor de la BBC fue Asensio. Un jugadorazo como la copa de un pino que emuló a Raúl, apuntando con sendos índices el nombre de su camiseta cuando reventó el balón con su zurda y lo enterró por la escuadra.
El problema no se soluciona en fichar a Paulinho, Coutinho o Dembélé. No es la solución. Eso es un parche o una tirita. El problema es de base y que la Masia ya no existe. Desapareció sin avisar.
Durante los últimos tres años se han gastado más de 500 millones de dólares y solo Luis Suarez ha valido la pena. Sin embargo, el resto deja mucho que desear.
El Barça histórico de los últimos diez años no ha sido grande por los de fuera sino por los de dentro. Gracias a los Xavi, Puyol, Iniesta, Messi, Pedrito, Busquets, Piqué, etc... el Barça ha sido el mejor club de la historia por sus valores y por su filosofía.
El Barça no ha sido enorme por Neymar, no os olvidéis.
Y allí es donde está el problema, en que las soluciones que nos van a traer no son estratégicas sino operativas y temporales y así el Barça no sabe ganar, en cambio, el Madrid sí sabe y a la historia más reciente me remito.
Valverde... en tus manos nos dejamos caer.