Von Miller cree que es posible obtener 30 sacks en un año
Nadie podrá acusar al linebacker de los Broncos de no ser un optimista empedernido.
Si quieren ver llorar a Cam Newton solo tienen que enseñarle una foto de Von Miller o ponerse una camiseta con el número 58 de los Broncos y correr cerca de él.
Miller es así de bueno. Michael Strahan también lo era, por eso impuso un récord de 22.5 sacks en una temporada y 141.5 en una temporada.
Ahora, Miller cree que la marca de capturas en una sola campaña no solo puede ser superada, sino pulverizada por completo.
Hace unos días, el mulo de los Raiders, Khalil Mack, reveló que se había puesto 30 sacks como objetivo para la próxima temporada. No, no fue un error de dedo. TREINTA capturas de quarterback, o algo así como poco menos de dos a lo largo de la campaña. Suena descabellado para cualquiera, pero no para Mack y ciertamente tampoco para su compañero del Oeste de la AFC.
“¿Treinta? Creo que son posibles”, dijo Miller, cuya marca personal para una campaña son 18.5 en 2012.
Para sacar esa conclusión, Miller tuvo que desempolvar su libro de aritmética de cuarto de primaria y echar a volar la imaginación de que juega en una liga en donde las dobles y triples coberturas no existen.
“Antes que nada, debes empezar con… déjenme pensarlo. Debes sacar 10 en el primer mes. Debes obtener 10 sacks en el primer mes, lo que es posible”, declaró al sitio oficial de los Broncos. “Consigues dos y media, luego dos y media más al siguiente juego, y otras dos y media. Podrías perderte un juego, pero después obtienes otras dos y media. Ahí hay 10 en cinco juegos.
“Si obtienes un lapso en donde sumes de a dos y tres, definitivamente es posible”.
Los números no mienten, pero al parecer el largo descanso entre temporadas le hizo olvidar a Miller lo difícil que es la vida en la NFL. Es como pensar que es fácil lanzar tres pases de touchdown en cada partido, correr para 120 yardas cada juego o cosas parecidas. Son cosas que solo pasan en la mente de LaVar Ball.
Pero todo parece imposible hasta que llega un Michael Strahan, un Usain Bolt o un Michael Phelps que hace quedar como tonto hasta al más escéptico.
El juego ha cambiado considerablemente. Ahora los jugadores son mucho más rápidos, más fuertes y más grandes que nunca. Las reglas están diseñadas a favor del espectáculo y, para Miller, siempre hay un par de jugadas que hacen la diferencia.
“Uno debe aprovechar las oportunidades para presionar al quarterback”, dijo. “Si tienes cinco presiones abiertas, debes ganar esos cinco duelos, y ahí podrás conseguir dos o tres sacks. Esa son las matemáticas que hice”.
Solo hay un pequeño detalle. No siempre el que diseña el plan es el que lo concreta.