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Cleveland Browns

A nadie le gusta perder, ni siquiera a los Cleveland Browns

El dueño de la franquicia de Ohio ha expresado su confianza en que el equipo ha pasado el punto de inflexión y que buenos tiempos esperan en breve.

A nadie le gusta perder, ni siquiera a los Cleveland Browns

A Jimmy Haslam, propietario de los Cleveland Browns, no le gusta perder. Es esta una de las frases más absurdas, por evidentes, que se pueden decir de cualquiera persona que se meta en el negocio del espectáculo deportivo. Si una cosa une a todas las ligas, equipos, competidores... del planeta es que están en el deporte para ganar. Ese es su fin último y aunque se puede adornar con mil floripondios, la conclusión es siempre la misma: aquí se está para ganar, motor universal de este invento.

Surge, no obstante, en el deporte americano, con su sistema de elección de talento vía draft por parte de los equipos con más derrotas y su límite salarial, la tentación de perder a posta para ser mejores el día de mañana. Lo que se denomina "tanking" y que se ha extendido como una opción válida en la competición en la mente de algunos general managers y de no pocos aficionados. La lógica indica que con algunos años de muchas derrotas los activos que se adquieren sirven para acortar los plazos de ser competitivos el día de mañana; una especie de atajo a la construcción lógica de un equipo que "sólo" se cobra la pieza de la dignidad y el espíritu de la competición (amén de la tristeza de los incautos seguidores que opten por seguir viendo a su equipo) a cambio de una promesa de brillantez futura.

Al menos en teoría, que luego en la realidad perder a lo que suele llevar es a perder de la misma forma que la pereza lleva a la pereza, y cuando la cultura de la derrota asumida sin dramas se instala en una franquicia a ver con qué energías la sacas de ahí.

Por eso, y vuelvo al principio, a Jimmy Haslam no le gusta perder. Y, por eso, contra los apóstoles del "tanking" el propietario de los Browns ha mandado un mensaje meridiano a sus hombres de cara a futuras temporadas: ganad. Es más, ha dejado claro que incluso en un año decididamente dedicado a la reconstrucción como fue el pasado 2016, él se sintió muy decepcionado con el 1-15 de récord final.

"El año pasado fue mucho más duro de lo que esperaba", admitió Haslam antes de añadir: "Nadie conoce el futuro, así que no sé cómo seremos en 2017, aunque pienso que seremos mejor equipo. Lo que sí creo es que en 2018, 2019 seremos mucho mejor equipo. No soy un hombre paciente; creo que tenemos a los hombres adecuados en los puestos de relevancia, así que construiremos sobre el draft y haciendo las cosas bien, aunque es duro esperar lo haremos".

Haslam compró a los Browns hace cuatro años. Desde entonces les ha visto perder 49 veces y ganar sólo 15, el peor récord en ese periodo junto a los Jacksonville Jaguars. El equipo no tiene una temporada ganadora desde 2007 y no ha estado en playoff desde 2002. Por más que entienda que el proceso es largo, por más que comprenda que el año pasado hubo que deshacerse de veteranos para adquirir elecciones de draft, no es capaz de tolerar un 1-15 sin morderse la lengua. Porque así debe ser.

Los Browns están en el buen camino. Este año han gastado mucho dinero en reforzar la defensa y la línea ofensiva. Han aprovechado su gran capital del draft para hacer movimientos inteligentes y dotar de talento a una plantilla que andaba muy escasa del mismo. Ni asomo de "tanking". Su dueño, desde luego, no quiere otro 1-15, no quiere atajos ni milagros: quiere ganar. Con toda la lógica del mundo. Y sus hombres, Hue Jackson en el banquillo y Sashi Brown y Paul DePodesta en los despachos, saben que tienen un tiempo para trabajar... pero no a costa de ser una calamidad constante.