Rafael Devers es la respuesta para Boston en tercera base
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Cuando una leyenda del tamaño de David Ortiz dice adiós a la que ha sido su casa durante los últimos 13 años, su impacto va mucho más allá de lo que trasciende en el aspecto emocional. Su presencia en el corazón del turno de bateo de los Boston Red Sox ha sido el ancla durante un período muy dulce de la franquicia de Yawkey Way y era lógico pensar que habría un descenso en la productividad del turno de bateo.
Lo que nadie podía pensar es que se llegaría a producir tal apagón en ataque, ocupando en la actualidad la duodécima posición para un club que lideró las Mayores con un ataque poderosísimo y muy dinámico.
Afortunadamente, mejores tiempos están por llegar… o eso se espera.
Los recién llegados
Para compensar una carencia que está llamando la atención de todos los seguidores de Boston, la gerencia no ha tirado (todavía) la casa por la ventana adquiriendo un poderoso bate para la tercera base una vez que se comprobó definitivamente que Pablo Sandoval no era la solución a sus problemas. En lugar de conseguir los servicios de Todd Frazier, que les hubiera venido fenomenal por su veteranía, pegada y presencia en el vestuario, el club no ha perdido el tiempo y espera haber solventado sus limitaciones en la esquina caliente con la llegada de Eduardo Núñez… más la promoción de Rafael Devers.
Y no nos engañemos, el segundo es la respuesta a las plegarias de los aficionados.
Rafael Devers ha sido capaz de mostrar una progresión formidable a lo largo de los últimos años, escalando en el ranking de promesas del club en virtud a su progresión y a la marcha de talentos como Yoan Moncada, Michael Kopech, Anderson Espinoza o Manuel Margot en las distintas operaciones que ha acometido Dave Dombrowski a la hora de ir cubriendo las necesidades de la franquicia, aunque sea a base de su sistema de filiales y las promesas que atesoraba.
Es verdad que más allá de la aventura que ha supuesto el paso del Kung Fu Panda por Boston y de lo bien que les hubiera venido a este equipo la presencia de un Travis Shaw que ha ayudado a que los Milwaukee Brewers se conviertan en una de las sorpresas del año, la prioridad era encontrar una solución y lo han hecho en pocas horas. Primero, la llegada de Eduardo Núñez ayuda a darle profundidad a la plantilla y se adapta perfectamente al estilo del club: gran capacidad de contacto y dinamismo, pero una alarmante falta de ‘punch’.
Pero para eso está Rafael Devers.
Un fulgurante paso por las Menores en 2017
Nadie duda de que los planes del club para el joven dominicano de 20 años eran otros y no precisamente utilizándole como moneda de cambio para otra adquisición contrastada en las Mayores. No, la idea era darle su tiempo en el sistema de filiales para proseguir con su maduración, pero lo cierto es que esta magnífica promesa ha forzado la situación para bien.
Con 20 home runs y un OPS de .955 a lo largo de 86 partidos entre la Doble A y la Triple A ha dejado claro que sólo le queda ir hacia arriba, pese a que todavía tiene que trabajar en defensa y posiblemente será sustituido en los tramos finales de los encuentros en el club grande.
También es verdad que el club quiere reservarle contra los pitchers zurdos más complicados hasta que demuestre que puede hacerse con ellos como ocurrió en 2016 con Andrew Benintendi, pero ya hay luz al final del túnel como demostró con su primer home run en las Grandes Ligas que ayudó a que Chris Sale sumase su decimotercera victoria de la temporada frente a Seattle Mariners.
Ya es hora que los Boston Red Sox se sumen a la fiesta del home run que está siendo 2017 y con Devers en este grupo, las aspiraciones volverán a ser altas.