Cabrera: “Si Detroit me tiene que traspasar, que lo haga”

Miguel Cabrera se ha convertido un símbolo en los Detroit Tigers a fuerza de un rendimiento que le sitúa entre los mejores bateadores de todos los tiempos, pero con el equipo inmerso en una profunda crisis de resultados, el venezolano ha dado un paso adelante a la hora de tratar este continuo run-run que rodea a los de Michigan.

En declaraciones a numerosos periodistas que cubrían el último encuentro de la primera mitad de la temporada que enfrentaba a sus Tigers ante los Cleveland Indians, el primera base ha dicho que ya es suficiente y pide al equipo que si tienen que hacer cambios que lo lleven a cabo.

“Si tienen que traspasarme, que lo hagan. Si van a traspasar a estos chicos (sus compañeros de equipo), que lo hagan. No me gusta venir todos los días y tener que escuchar que van a traspasar a este u otro jugador. Que hagan algo y ya está”, comentó el fabuloso jugador.

Un año complicado

La campaña 2017 no está siendo la mejor para el venezolano, desbordado por numerosos problemas físicos y que le sitúan en sus peores registros en las principales categorías ofensivas desde que debutó en las Mayores allá por 2003 con los Miami Marlins. En la presente temporada, está bateando un .264 con 11 home runs y 41 carreras impulsadas para una franquicia de Detroit que tiene un récord negativo por primera vez en los últimos once años cuando llegamos al parón por el All-Star.

Pero no es que los Tigers sumen una derrota más que las victorias acumuladas. Tienen la tercera peor marca de toda la Liga Americana con 39-48 y están a ocho partidos de los líderes en su división, precisamente los Cleveland Indians.

Hay que decir que los rumores están apuntando a prácticamente todos los jugadores con un valor razonable para los Tigers y para los equipos aspirantes a jugar en playoffs. Nombres como los de J.D. Martínez, Justin Verlander, Alex Ávila, Justin Wilson, Michael Fulmer o Ian Kinsler bien podrían dar muchas piezas importantes para el futuro.

Sin embargo, tal como destaca el propio Cabrera, “no dejamos de ser seres humanos y (los chicos) notan esta presión con lo que se habla todos los días.”

Una operación complicada

Ya en el caso de Cabrera, cualquier intercambio en el que se viera afectado el jugador, implica un dificultad importante. Más allá de lo que pedirían los Tigers en forma de las mejores promesas de la organización interesada, decir que actualmente cumple el segundo de los ocho que firmó como ampliación de contrato y que tiene un montante global de 248 millones de dólares.

A todo lo anterior, se le suma el hecho de estar atravesando su peor año como profesional.

No obstante, lo que no puede hacer Detroit es continuar con una inacción que ya les marcó durante el transcurso de la pasada offseason y cuyos resultados han terminado por mostrarse en un año en el que todavía tenían ciertas expectativas de competir… para darse de bruces con la cruda realidad.