Dak Prescott acusado de firmar cromos con una máquina
Según la empresa encargada de la verificación de firmas, el jugador habría usado un máquina que llevan usando los políticos americanos desde los años 50.
Dak Prescott, quarterback de los Dallas Cowboys, ha sido acusado de firmar una colección de cromos con una máquina, en lugar de su propio puño y letra. Beckett Grading Services, empresa encargada de evaluar y certificar los cromos firmados, se ha negado a dar validez a la colección.
Steve Grad, verificador principal de Beckett, ha comentado que su compañía buscó cinco cromos autografiados de diferentes coleccionistas que habían adquirido el cromo con la rúbrica de Dak Prescott en un set de Panini’s Prizm de la temporada 2016: `Tienen la apariencia de ser de una máquina´.
La falta de naturalidad en la firma fue lo que llevó al experto a la conclusión de que fueron hechas con una `autopen´, una máquina que los políticos americanos llevan usando desde los años cincuenta para firmar documentos que requieren una gran número de rúbricas: `Supe de inmediato que los hicieron con máquina´´, y añadió: `Nunca había visto que un atleta moderno hiciera algo parecido´.
Dak Prescott podría no haber visto los cromos nunca
Es posible que Dak Prescott nunca viera los cromos, ni las etiquetas donde debía firmar. Habitualmente este tipo de productos se envían primero al agente del jugador que es el que debe hacérselas llegar.
Cuando Panini envía cromos o tarjetas para ser firmados por un atleta, solicita que éste firme una declaración en la que demuestre que los que cromos que vuelven son genuinos. Ni la empresa verificadora, ni los oficiales de Panini, fueron capaces de volver a hablar con el jugador y su agente, Jeff Guerreiro.
Caso similar con Takkarist McKinley
En el pasado mes de Mayo, Panini dio a conocer que había descubierto que algunas tarjetas o cromos autografiados por el jugador de primera ronda de los Atlanta Falcons, Takkarist McKinley, no habían sido firmados por él. La compañía prometió enviar un cromo con la firma auténtica a los consumidores que habían devuelto su producto.