Los Ravens lideran la NFL en suspensiones por drogas
El equipo de Baltimore es el que más jugadores, y partidos de los mismos, ha acumulado con sanciones por uso de sustancias en esta década.
Diré una cosa de los Baltimore Ravens: soy un enorme creyente de su general manager, Ozzie Newsome, y de su entrenador jefe, John Harbaugh. Los considero dos de las personas mejor preparadas, más sensatas y que mejor trabajo han hecho en esta última década en la NFL. Les considero serios pero, a la vez, flexibles, inteligente, y con un cerebro privilegiado para el football. Aciertan y fallan, como todo el mundo, pero con un sentido de la estrategia y de la visión a largo plazo que, a mí, me convence.
Pues quizás por eso el siguiente dato me resulta tan extraño: los Baltimore Ravens lideran la liga, desde el año 2010, en suspensiones por uso de sustancias prohibidas. La lideran tanto en número de jugadores pillados y condenados, como en el número de partidos que se han perdido.
La semana pasada el tight end Darren Waller fue sancionado por la NFL a pasar todo el 2017 alejado de los terrenos de juego al fallar, por segunda vez en su carrera, un control antidopaje. Waller ya tuvo problemas al respecto en su periplo universitario con lo que, dado el nivel que ha demostrado y su importancia en el campo (escasa), nos permite sospechar que ya le hemos visto por esta liga.
Es el segundo jugador de los Ravens que no estará disponible para comenzar la temporada con el equipo debido al uso de sustancias prohibidas. Kenneth Dixon, el running back, no estará en los cuatro primeros partidos por el mismo motivo.
Pues bien, con ambos los Ravens elevan a 13 el número de atletas que les han fallado desde 2010 a la hora de permanecer limpios de drogas o, al menos, que no les hayan pillado. Es todo un récord. Han adelantado a los Dallas Cowboys, con 12 condenados, y a New York Giants, Carolina Panthers y Seattle Seahawks, con 11. Si sumamos todos los partidos de sanción a esos 13 jugadores nos sale la bonita cifra de 76 encuentros en los que los de Baltimore han echado de menos a alguno de sus jugadores por culpa del uso de sustancias prohibidas.
De todos ellos es cierto que sólo dos, Haloti Ngata y Will Hill, se podían considerar como titulares indiscutibles en el momento de la suspensión.
Los Baltimore Ravens se precian de ser una organización seria y bien estructurada. Yo estoy de acuerdo con eso. Sin embargo, hay algo que se les escapa en este tema. Recientemente han insistido en que han cambiado su forma de evaluar talento universitario, gastando mucho más tiempo del que hacían antaño en conocer al apersona, en hablar con profesores, compañeros, amigos, familiares, para tratar de evitar problemas de este tipo. Porque lo cierto es que ser récord en la NFL de tener jugadores suspendidos por droga no es algo de lo que presumir.