Los Mets promueven a Tim Tebow a Clase-A alta
El exquarterback de los Broncos da otro paso en su carrera como pelotero profesional. Partido en vivo, juego de las estrellas MLB, grandes ligas
Tim Tebow está lejos de convertirse en la nueva versión de Darryl Strawberry, pero no le digan eso a los altos mandos de los New York Mets, quienes el domingo promovieron al exquarterback de la NFL a su filial de St. Lucie, Florida de Clase-A Alta.
El movimiento es cuestionable desde prácticamente todos los sentidos deportivos. Pero donde la gerencia optó por no ver los números _ .222 de bateo con 23 carreras remolcadas y tres cuadrangulares en Clase-A Columbia _ decidió ver los signos de dólares que acompañan a Tebow de regreso a Florida, en donde ganó dos campeonatos colegiales y un trofeo Heisman con los Gators de la Universidad de Florida.
“No es algo que me toque responder a mí”, dijo a la agencia Associated Press después de su ascenso. “Hay personas mucho más inteligentes y conocedoras que yo que toman esas decisiones. Yo solo intento salir a jugar duro todos los días”.
Una de esas personas a las que Tebow se refiere es el gerente general de los Mets, Sandy Alderson, quien tendrá que pasar un calvario intentando justificar en lo deportivo el movimiento. Aunque los verdaderos motivos son difíciles de ocultar.
Durante su permanencia con los Fireflies de Columbia, el equipo se colocó como segundo lugar en asistencia de la liga como local y el fenómeno Tebow provocó el mismo efecto cuando la novena visitaba otros estadios.
La semana pasada, los Riverdogs de Charleston evidenciaron la situación con un poco de humor, presentando en la pizarra a todos los jugadores de los Fireflies con la leyenda “No es Tim Tebow”, insinuando de manera poco sutil que es el único pelotero al que la gente iba a ver.
“Obviamente adoro Florida, por lo que es algo bueno”, dijo el ex pasador de Broncos, Jets y Patriots. “Pero el objetivo y el enfoque están en mejorar como jugador de béisbol”.
Hay mucho por hacer. Tebow debutó sonando un cuadrangular en su primer juego como pelotero profesional y tres días después añadió otro batazo de cuatro esquinas, después, la luz de esa luciérnaga se apagó con un solo vuelacercas en los siguientes 61 partidos. Hay cosas que simplemente no se pueden ocultar.
Y también hay cosas que simplemente no se pueden admitir. Ni Alderson ni algún otro miembro de la gerencia reconocerá jamás que el movimiento va más allá de lo deportivo para un novato de 29 años, cuyos mejores números están en la taquilla y no en la caja de bateo.
“No diría que se ha distinguido”, admitió Alderson. “Pero al mismo tiempo, con lo que hizo ahí, dadas las circunstancias, justificó su promoción”.
Debe de hablar de boletos y jerseys vendidos, ¿cierto?