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LEYENDA

La máquina de poder: Albert Pujols llega a los 600 home runs

El toletero dominicano de los Angels se convirtió en octavo miembro del exclusivo club de los 600 vuelacercas en su carrera.

Albert Pujols contempla la trayectoria del home run número 600 logrado en su carrera deportiva.
STEPHEN DUNNAFP

Algunos le llaman “El Hombre”, otros “La Máquina”. Ninguno de los dos sobrenombres le hace justicia a un dominicano que simplemente nació (¿o fue creado?) para batear. No, no pegar sencillos como Ichiro, sino para castigar esféricas. Para hacerlas gritar tan fuerte que levanten al espectador de la butaca.

Durante una carrera de 17 temporadas, eso es lo que el dominicano Albert Pujols ha hecho, y como premio, hoy obtuvo una exclusiva membresía. Con su bambinazo del 600 ante Ervin Santana de los Minnesota Twins, Pujols se convirtió en el octavo miembro del club de los 600 cuadrangulares.

Como no puede ser de otra manera, la última proeza en la legendaria carrera de Pujols ha sido convertirse en el primero que llegaba a esa mágica cifra vía grand slam al conectar contra el dominicano y en lograrlo desde que Jim Thome lo hiciese en el verano de 2011.

La única sorpresa aquí es que no haya ingresado antes. Nada que reprocharle. Con 37 años cumplidos y aquejando dolencias que vienen incluidas con la edad, era evidente que los números no sean los de antaño. Pero Pujols sigue siendo una presencia intimidante en la caja de bateo.

Lo ha sido desde que victimó al mexicano Armando Reynoso en su cuarto partido de Grandes Ligas, como un jovencito de 21 años que tomó Ligas Mayores por asalto en camino a una campaña de .329, 37 home runs y 130 producidas que le valieron el premio de Novato del Año y un asiento de copiloto en la carrera de MVP, solo detrás de un tal Barry Lamar Bonds.

Después de eso lo hizo otras 599 veces, sin discriminar raza o nacionalidad. Pujols ha castigado a zurdos y derechos por igual, bueno, más a los derechos en un margen de 446-154. Pero la variedad de pitchers que han permitido un jonrón de Pujols es lo que verdaderamente llama la atención. Ryan Dempster con 8 y Roy Oswalt, con 7, encabezan el listado. Después de eso hay tres lanzadores con seis (incluyendo a Randy Johnson), cuatro con cinco y 13 con cuatro. Obviamente no tiene un cliente predilecto.

En total, 386 pitchers distintos son los que han tenido el ‘honor’ de ver como una 13ª ronda del draft (y uno de los grandes robos de la historia de las Mayores) sacaba la pelota del estadio.

Aún dominador del arte de bateo en un jugador que ha ganado tres premios MVP y quedó segundo en la votación otras tres veces, llama la atención que su despliegue de poder haya desaparecido ante algunos de los máximos nombres de la loma. Nunca le ha desaparecido la esférica a Zack Greinke, Roger Clemens o Clayton Kershaw, a pesar de que les batea para un combinado de .346.

Para beneplácito de Brad Lidge, la lista oficial de jonroneros no incluye los vuelacercas sonados en playoffs, en donde Pujols suma 19 cuadrangulares, ninguno más recordado que aquel en el quinto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional ante Lidge, para dejar a los Astros en el terreno, con un batazo que muchos siguen esperando que caiga en algún lugar de Texas.

La gran mayoría de sus vuelacercas han sido en la primera entrada 137. Pero no se equivoquen, Pujols tiene ese gen “clutch”, como lo demuestran sus 49 bambinazos en la novena entrada o después, 169 después de la séptima y 12 de ellos han sido para finalizar el encuentro, incluyendo el 420 y 421, que disparó en noches consecutivas ante Jeff Samardzija y el mexicano Rodrigo López. En total, 282 han sido para empatar o poner al frente a su equipo. ¿Se puede pedir más?

“Prince Albert” es uno de esos bateadores que llegan una vez cada generación. Ya no es más una máquina, la edad y las lesiones han demostrado que es un simple mortal, uno muy bueno, pero mortal a fin de cuentas. Como también es mortal su swing, al que aún le quedan pólvora y años por jugar (tres más en su contrato). Suficientes para seguir avanzando en la lista histórica.

Habrá más oportunidades para levantarse del asiento, para contemplar en silencio y asombro el vuelo de más pelotas hacia las gradas.

Eso es lo que hace Pujols. Ese es su legado.