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CAVALIERS 112 - CELTICS 99 (3-1)

Irving y LeBron rozan las Finales tras remontar 16 puntos a Boston

Un gran inicio de los Celtics obligó al Big Three de los Cavs a sacar lo mejor de sí mismo. Kyrie, James y Love participaron en 103 de los 112 puntos de Cleveland
Final en vivo: Cavs vs Celtics, juego 5

Kyrie Irving festeja una canasta.
Gregory ShamusAFP

Los Cavaliers se llevaron el cuarto asalto de la final del Este porque tienen a LeBron James y a Kyrie Irving en sus filas. El base acudió al rescate de su equipo cuando pintaban bastos (33-49 para los Celtics a 5:30 del descanso) mientras que el alero acabó por destrozar cualquier atisbo de esperanza visitante en el último cuarto. Rearmado de moral tras su victoria en el Game 3, Boston completó una fabulosa primera mitad. Pero acabó siendo víctima del talento de dos jugadores únicos. A ellos se refirió Brad Stevens cuando le preguntaron sobre cuál había sido la diferencia entre el primer y segundo tiempo. Una respuesta tan fácil como obvia: entre Kyrie y LeBron superaron a los Celtics en anotación desde el momento en el que alcanzaron su máxima renta (60-50). Poco más que decir.

Un 3-1 que permite a Cleveland acechar las Finales por tercera temporada consecutiva. Y para no perder la costumbre, los Warriors ya les están esperando. Se acerca la batalla decisiva y al pletórico 'King' James de estos playoffs se le suma ahora su más fiel escudero. No es casualidad. La dupla que dejó sin anillo a Golden State cuando ya lo acariciaba va calentando para lo bueno. Aunque sería injusto dejarse en el camino a Kevin Love: 17 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias y 2 tapones. (Por fin) El ala-pívot está rindiendo a un nivel que recuerda al de sus mejores días en Minnesota. Rebote y acierto exterior para despejar el terreno de cara a las penetraciones de sus dos compañeros de Big Three. Regularidad. El trío participó (anotando o asistiendo) en 103 de los 112 puntos de los Cavs.

Una auténtica barbaridad que habla a su vez muy bien del trabajo de los Celtics. En 'The Q', y sin Isaiah Thomas, los verdes se han reencontrado con su viejo orgullo. Ganándose la oportunidad de resarcirse en la madrugada del jueves al viernes de las dos penosas actuaciones iniciales en el TD Garden. Para seguir compitiendo en ese quinto partido, el plan de Stevens —quien hoy aportó por Olynyk como titular— no debe variar mucho a lo mostrado en Ohio. Una rápida circulación de balón para conseguir tiros liberados y una defensa intensa que contenga (o al menos dificulte en la medida de lo posible) las acometidas de las estrellas de Cleveland.

Primero con Jae Crowder (18+8+4) como estilete ofensivo y posteriormente con Avery Bradley, la fórmula funcionó a las mil maravillas. Todo les sonría. La cuarta personal de LeBron a casi 7 minutos del intermedio (la primera que le ocurre algo similar en su carrera) fue un regalo tan inesperado como divino. Ahí estuvo el partido. El único triple de Bradley (1/7) amplió acto seguido la renta hasta los 16. El runrún empezaba a apoderarse de 'The Q'. Pero lejos de hacer sangre, Boston apenas logró mantenerse diez puntos arriba al descanso (57-47). La defensa sobre Irving, impoluta hasta el momento, dejó de funcionar.

Uncle Drew comenzó a ver aro. 12 tantos que dispararon su confianza y embocaron su show tras el descanso. 21 puntos (de sus 42 totales, plusmarca personal en los playoffs) en el tercer cuarto con una serie de 9/10 en el lanzamiento. Cuando está enchufado, no hay jugador más mortífero en el uno contra uno. Cerró unos minutos de verdadero trance con un triple imposible (pero que todos vimos venir) al término de un tercer acto que concluyó con un 40-23 para los locales. Los verdes no dejaban de resistir. Al Horford trató de echarse el equipo a la espalda, pero para entonces ya había despertado un tal LeBron. Se 'picó' con Kyrie y convirtió 15 de sus 34 tantos en los doce últimos minutos. Dos sacudidas bestiales que entre el tercer y último cuarto se tradujeron en 21/24 en el tiro para los Cavs. Concluyeron el encuentro con un 59,5% de acierto. Demasiada dinamita para unos Celtics que cayeron de pie ante el talento de dos jugadores especiales. Muy especiales.