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La encrucijada de los Lions en el juego de carrera

El equipo de Detroit está bien construido y debe aspirar a jugar los playoffs siempre y cuando sus running backs den un paso adelante.

La encrucijada de los Lions en el juego de carrera

Los Detroit Lions son un equipo bien construido, con sólidos cimientos y con capacidad para jugar los playoffs, como ha demostrado recientemente y, más en concreto, el año pasado. Tiene una decente defensa, una estupendo quarterback, capacidad para jugar por aire y capacidad de pelea en todos los partidos en los que llega con opciones al final, que suelen ser muchos debido a su sobriedad. ¿Qué les falta? Un buen juego de carrera. Por eso es intrigante lo que han hecho este año en la offseason.

Básicamente, en la encrucijada sobre cómo mejorar su más evidente punto débil los Detroit Lions han apostado por confiar en que sus corredores mejoren, lo cual no deja de ser un riesgo notable, y una confesión de fe, sobre todo, en Ameer Abdullah.

Abdullah va a entrar en su tercera temporada en la NFL. Lo mejor que hemos visto de él fue la pretemporada de su año rookie, donde parecía que se iba a comer el mundo. Aquella campaña acabó con unas discretas 597 yardas de carrera, pero la promesa de un futuro brillante. Ese futuro se acabó en la segunda jornada de la temporada 2016, donde cayó lesionado. Él y, por extensión, el juego de carrera de los Lions, desaparecieron de nuestro radar.

Detroit acabó en el puesto #31 de la liga en yardas de carrera, algo intolerable en un equipo que aspire a nada serio. Theo Riddick no pudo dirigir ese backfield más que a 357 yardas y los pases cortos y screens sustituyeron a la carrera en el libro de jugadas.

¿Y quienes son los dos corredores principales este año ? Ameer Abdullah y Theo Reddick. Es evidente que al primero le van a pedir que lleve todo el peso de esta faceta del juego, y que dependen de su salud para que les funcione la apuesta.

Porque, más allá de eso, el juego de carrera ha visto como, sí, se hacía un esfuerzo por fichar a T.J. Lang y Ricky Wagner para el lado derecho de la línea, algo que ayudará, pero lo han hecho para sustituir a Riley Reiff y Larry Warford, que eran importantes el año pasado y, por lo tanto, la mejora no debería ser sustancial. De hecho, ambos jugadores les han salido más baratos de lo que los dos que se han ido han acabado cobrando en el mercado. No es que sea la más fiable de las mediciones, pero da buena muestra de que no parece un cambio diferencial.

Los Lions tienen a Matthew Stafford en su cima física y mental. Es un quarterback estupendo que les permite tener la casa en orden para competir. La defensa no pasa de ser media en esta liga, y eso tiene que ir mejorando, pero la verdadera clave del salto que pueda, o no, dar este equipo es el juego de carrera. Y visto como se han comportado en los últimos meses, todo lo que creen es que les va a valer con cruzar los dedos, que Abdullah esté sano y que rompa en el jugador que pareció en agosto de 2015.