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AL ESTE

Brian Cashman pinta su obra maestra desde hace tiempo

La labor del gerente es la principal razón por la que los Yankees se mantienen en la cima y con un futuro brillante.

Ciudad de México
KANSAS CITY, MO - MAY 16: Starlin Castro #14 of the New York Yankees runs home to score on a hit off the bat of Jacoby Ellsbury in the seventh inning against the Kansas City Royals at Kauffman Stadium on May 16, 2017 in Kansas City, Missouri.   Brian Davidson/Getty Images/AFP
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Brian DavidsonAFP

Desde que se le nombró como gerente de los Yankees en 1998, Brian Cashman ha sido uno de los personajes más criticados de Grandes Ligas, por el simple hecho de ocupar ese cargo y con ese equipo.

La vida era demasiado sencilla para Cashman, quien solo tenía que ir con George Steinbrenner a pedirle su domingo, y George, complaciente, cumplía sus caprichos. A fin de cuentas, Cashman ganó títulos en sus primeros tres años en el cargo.

“George, necesito 180 millones para firmar a Mark Teixeira”. Toma.

“Oye George, ¿por qué no le damos otros 275 millones de dólares a Alex Rodríguez?” Claro, ¿qué puede salir mal?

“Oiga jefe, necesito darles dinero de sobra a Jorge Posada y Derek Jeter como muestra de agradecimiento”. Bien pensado, Brian. Mis millones son tus millones.

Y así. Contrato malo tras contrato malo _ sin mencionar el esperpento de Jacoby Ellsbury _ Cashman fue designado como el poseedor del trabajo más sencillo del deporte profesional estadounidense.

Y entonces, George Steinbrenner falleció una mañana de julio de 2010 y el trabajo de Cashman, de inmediato, se volvió mucho más complicado. Había que ganarse el salario. Y había que hacerlo sin recurrir a su mejor arma durante años. Un fajo de billetes para deslumbrar a cualquier agente libre.

Hoy que el segundo mes de campaña está por concluir y los Yankees se mantienen de manera inesperada en la cima del Este de la Liga Americana, solo queda decir: Buen trabajo, Brian.

Los Yankees no deberían estar ahí. No aún, al menos. No con un Mazahiro Tanaka que está lanzando como una versión pirata. No, con una rotación que incluye a un C.C. Sabathia de 72 años y con los repentinamente confiables Michael Pineda y Luis Severino.

Cashman se ganó su estrellita en la frente la temporada pasada al rellenar las sucursales con brillantes prospectos en lo que solo puede definirse como un atraco. Obtuvo al jardinero Clint Frazier, un joven toletero, en el canje con Cleveland por Andrew Miller. El laureado Gleyber Torres en el préstamo por Aroldis Chapman, quien dejó el Bronx por solo seis meses para ganar su anillo con los Cubs.

Todos han sido movimientos que le han ganado los elogios a Cashman, pero pocos de ellos influyen en el estado actual de los Yanquis. Eso lo hizo mucho antes, debajo del radar y mientras la mayoría se enfocaba en los 153 millones que les costó sacar a Ellsbury de Boston.

Los Yankees se ubican en primer lugar de su división gracias a una serie de contribuidores inesperados como Aaron Hicks, Starlin Castro y Pineda. A todos ellos los consiguió Cashman vía cambio. O bien podría decirse, prácticamente gratis.

De los actuales Yankees en el roster de Grandes Ligas, Cashman adquirió en canjes a Hicks, Castro, Pineda, Didi Gregorious, Aroldis Chapman (originalmente) y Tyler Clippard. Lo que entregó a cambio es ridículo por decir lo menos. Solo Shane Greene, con Detroit, tiene un lugar en el roster de Ligas Mayores en este momento. Vamos, esos cambios no los aceptan ni en videojuegos.

Castro batea para .341 con siete jonrones y 27 carreras remolcadas y llegó a cambio de Adam Warren, quien estuvo un total de 29 partidos con los Cubs antes de volver a Nueva York en el cambio por Aroldis Chapman.

El de Chapman también es un gran ejemplo, al llegar al Bronx procedente de los Rojos en 2015 a cambio de Eric Jagielo, Rookie Davis, Caleb Gotham y Tony Renda. Les juro que ninguno de esos nombres es inventado.

Hicks a cambio de J.R. Murphy a los Mellizos. Siete jonrones, .301 de bateo. Murphy batea .232… en TRIPLE A.

Creo que está claro. Cashman tuvo un plan desde el principio. Los malos contratos con dos años de más, solo fueron una cortina de humo.