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Rocky 'Balboa' Pachulia y la leyenda urbana de 100 millones

Zaza Pachulia, ahora el tipo más odiado de la NBA, hizo que se cambiara el sistema de votos para el All Star y adora la cocina europea.

Rocky 'Balboa' Pachulia y la leyenda urbana de 100 millones

Zaur Pachulia, Zaza para los amigos… y también para los enemigos, que en la resaca del primer partido de la final del Oeste son legión en el panorama NBA.

Zaza invadió el espacio de Kawhi Leonard y este cayó sobre su pie agravando la lesión de tobillo que arrastraba de la serie ante los Rockets.

Como Al Horford días antes contra Markieff Morris, pero con mucha más repercusión (son los Warriors, es Kawhi). Acción fortuita o sucia, aunque cuesta pensar que no hay bastante de lo segundo, como las mil veces que lo hizo Bruce Bowen para los propios Spurs o como Jalen Rose con Kobe Bryant en las Finales de 2000. Rose al menos, aunque muchos años después reconoció que había sido a propósito…

Zaza: 33 años (10 de febrero de 1984), georgiano con nacionalidad turca (juega con Georgia, se formó deportivamente en el Ülkerspor turco) y nacido en la Tiflis todavía comunista, lleva catorce años en la NBA haciendo trabajo sucio (en este caso sin dobles intenciones), sudando la gota gorda… y generando una de esas personalidades de antihéroe que tanto gustan en el mundillo.

Desde su aspecto tosco, su sonoro nombre y las historias mezcladas con leyendas urbanas que iban llegando desde su Georgia natal: que si era un playboy en su país, que si venía de una familia multimillonaria… o, la mejor de todas, que si había heredado 100 millones de dólares de un tío rico a cambio de contraer matrimonio y no divorciarse en cinco años. Ésta en concreto nació de una mala traducción con otro Zaza: Enden, que pasó después del baloncesto al wrestling y que quizá tampoco heredó esos 100 millones. O no estuvo cinco años casado.

Más: Pachulia se ha metido en mil fregados y ha hecho carrera de ejercer de guardaespaldas de sus compañeros. Alguien tiene que hacer el trabajo que nadie quiere hacer, y en Atlanta le apodaron Balboa en referencia a la saga Rocky después de una trifulca con Kevin Garnett en 2008. En cuanto se fue Andrew Bogut a Dallas para dejar espacio salarial a Kevin Durant, Zaza emergió como opción de emergencia para hacer de pívot titular de los Warriors: minutos con la primera unidad y muchos en el banquillo cuando su equipo pisa el acelerador con Draymond Green como cinco.

Bloqueos duros para Curry… y cemento para unos playoffs que ya están aquí. Por el camino, una de las acciones más sonadas de la temporada cuando tumbó a Russell Westbrook con un bloqueo terrible en uno de esos Warriors-Thunder ya suficientemente electrificados. Cuando llegó el primer partido en OKC, la afición le esperaba (casi) con las mismas ganas que a KD. Casi. Pero no jugó por lesión.

Para ser campeón con los Warriors aceptó solo 2,8 millones, una de las muchas maniobras que seguramente conduzcan a Bob Myers al galardón de Ejecutivo del Año. Antes había firmado contratos serios en Atlanta (4 años, 19 millones en 2009) y Milwaukee (3x15 en 2013). El año pasado jugó en los Mavericks, donde (como cualquier jugador) dio su mejor versión en manos de Rick Carlisle: un pívot duro y tosco pero con buena mano para pasar el balón. Ya un veterano (número 42 del draft de 2003), fue elegido por Orlando Magic y reelegido un año después en su draft de expansión por los Bobcats, que lo enviaron a Milwaukee. Después Atlanta, Milwaukee otra vez, Dallas y ahora Oakland. Y en tiempos de lockout, el Galatasaray.

Casado con Tika Pachulia (no por una herencia de 100 millones) y con dos hijos (Davit y Saba, chico y chica), en su vida privada tiene poco que ver con la imagen ruda que muestra en pista: cuida el vestuario, viaja mucho y le encanta comer… terrazas españolas incluidas: “En Turquía viajaba para jugar por toda Europa y me aficioné a la gastronomía, sobre todo a los sitios al aire libre en España, Francia…”.

En Atlanta, el primer sitio de USA donde realmente se sitió como en casa, tiene todavía un restaurante de cocina francesa, ‘Buckhead Bottle Bar’. Y en su país tiene una academia de baloncesto y lleva años realizando campus gratuitos para niños.

Su mejor partido fue un 22+21 (con 18 rebotes de ataque) con los Bucks en 2015, en una derrota en la prórroga ante los Nets. En su carrera promedia 7+6… y obligó a cambiar el sistema de votaciones del All Star Game después de quedarse a poco más de 14.000 votos de (precisamente…) Kawhi Leonard por el movimiento popular alentado en su país y que se extendió con sorna por EE UU.

Para la edición de este año el voto de los aficionados quedó ya ponderado (50% con un 25% para prensa y otro 25% para jugadores). Ahora le toca ser el centro de las iras por una acción absolutamente desafortunada, desde luego innecesaria y probablemente sucia, aunque hasta el propio Kawhi le haya querido quitar hierro.