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ROCKETS 105-THUNDER 99 (4-1)

Westbrook (47+11+9) no pudo más: los Thunder, eliminados

Houston aseguró la victoria definitiva un último cuarto en el que a Westbrook le fallaron las fuerzas tras un tercer cuarto descomunal.

Westbrook (47+11+9) no pudo más: los Thunder, eliminados
Thomas SheaUSA Today Sports

Se acabó esta histórica temporada 2016-17 de Russell Westbrook, una que nos ha hecho repensar cosas que creíamos tener claras del baloncesto y debatir hasta el agotamiento sobre estadísticas, influencia, liderazgo… Una que acabó con un 105-99 que puso el 4-1 para Houston Rockets en una eliminatoria que ribeteó lo que habíamos visto durante los últimos seis meses y medio: James Harden ha resultado supersónico como eje de un sistema que le encaja como un guante. Westbrook ha sido un sistema en sí mismo, una cuestión de supervivencia y coraza para una franquicia que estaba a punto de arder hasta los cimientos en julio, cuando Kevin Durant comunicó que se marchaba.

Westbrook dejó los playoffs en 37,4 puntos, 11,6 rebotes y 10,8 asistencias. Ha jugado casi 40 minutos por noche y tirado 152 tiros (30,4 de media) con un 38% que bajó hasta el 22% en triples. El quinto partido acabó en un terreno casi grotesco, como tantos otros de este Westbrook contra el mundo que hemos vivido y que seguramente valdrá un MVP. Muchas veces maravilloso, otras sencillamente bizarro.

Esta vez la sobredosis de Russ convirtió el 51-44 del descanso en un 72-77 al final del tercer cuarto por obra y gracia de 20 puntos (y 26 producidos de 33 totales si se suman asistencias) de Westbrook, que apenas pudo descansar tres minutos del último parcial porque en ese tiempo, visto y no visto, los Rockets sumaron un 14-4 que a la postre sería definitivo. En todo el partido, -16 para los Thunder en los seis minutos que Westbrook descansó. En toda la eliminatoria, -52 en 45 minutos. Ese último cuarto desembocó en una de esas cargas fanáticas en las que Westbrook juega agotado, cegado por el esfuerzo y la responsabilidad, en una mezcla de furia y negación de la que parece que sigue pendiendo la marcha de Durant y que muchas veces choca, sencillamente, contra la lógica. Así de sencillo: tardó casi diez minutos en anotar en juego, falló nueve de once tiros y terminó con 47 puntos, 11 rebotes, 9 asistencias (ninguna en los siete últimos minutos), 7 pérdidas, 15/34 en tiros, 12/17 en tiros libres. Y 5/18, récord de intentados en un partido de playoffs igualado, en triples.

Así cayeron los Thunder porque así han vivido. Acabar con 47 victorias y sextos del Oeste el año I sin Durant es un excelente balance. Disolución frenada. Westbrook ha aportado además cohesión, orgullo y sentido de comunidad a una ciudad que vivió la temporada en una misión de redención y culto a la persona. Como medicamento contra la depresión, perfectamente válido. Veremos si como fórmula de futuro: los Thunder tienen comprometidos 107 millones para la próxima temporada por lo que la mayor parte de su crecimiento tiene que llegar desde el interior. Adams, Oladipo, Grant, Kanter, Sabonis, Abrines, McDermott y Roberson tienen menos de 25 años. Solo el último (y Gibson, por cierto) acaba contrato. Los Thunder necesitan tiro exterior, desde luego, pero también calibrar hasta qué punto no se precipitaron (como parece) con la extensión de Oladipo o para cuánto vale a la hora de la verdad Kanter (17 millones esta temporada), que cayó en desgracia por sus desastres defensivos y solo jugó 3 minutos en este quinto partido, 29 en cuatro después de los 16 del primero. Los Thunder necesitan dibujar un modelo que no sea un jugador, por muy extraordinario que este sea. Y eso pasa por entender esta temporada y sus circunstancias como algo excepcional y no sistémico.

Los Thunder, colgados de su espíritu de supervivencia, se sostuvieron (93-90 a 5 minutos del final) con alguna acción heroica de Abrines (11 puntos) y la energía endemoniada de quien ya no tiene nada que perder. Westbrook, perseguido durante toda la eliminatoria por Beverley, boqueaba mientras los Rockets enlazaban tiros libres e iban poniendo la eliminatoria a buen recaudo aunque Harden tiró mal (2/13 en triples, 34 puntos) y Anderson y Gordon peor (10 puntos con un 4/16 conjunto en tiros). Entre Beverley, un jugador que es feliz en las trincheras de los playoffs, Nene y Lou Williams (22 puntos) acompañaron lo suficiente a Harden. Y la historia de redención de los Rockets continúa. Ya han dejado atrás su salida en primera ronda de hace un año. Esperan a un rival que podrían ser los Grizzlies pero seguramente serán los Spurs. Y parecen un equipo desde luego con confianza, recursos y el suficiente cuajo competitivo: un enorme peligro para cualquiera. O para casi cualquiera, si es que los Warriors no van a bajar en ningún momento el pistón...