Los Angeles Dodgers tras la pista de los Chicago Cubs
El equipo angelino afronta esta temporada como el gran rival de los Cubs en la Liga Nacional y siendo un claro aspirante al título del mundo.
Los Chicago Cubs repartieron entre jugadores, entrenadores, ejecutivos, propietarios, empleados, personal de Wrigley Field, socios y miembros del Salón de la Fama, incluidos los de Ernie Banks y Ron Santo que se guardarán en las vitrinas de Wrigley, 1.908 anillos e insignias en la ceremonia de entrega del galardón de campeones. La cifra no es casual, ya que su último campeonato databa de ese mismo año, 1.908.
Curiosamente, los Dodgers fueron testigos de esa fiesta. El equipo angelino, que cayó derrotado en las Series de Campeonato contra los de Chicago, apunta a ser el gran rival de los Cubs para volver a disputar el Clásico de otoño. Para ello tratan de emular el modelo de los Cachorros.
Desde hace tres temporadas, Andrew Friedman es el presidente de operaciones beisbolísticas de la franquicia angelina, en la que ha buscado un aumento de la importancia de las estadísticas avanzadas a la hora de tomar decisiones y mejorar el sistema de desarrollo de jugadores. Sin embargo, a pesar de las muchas semejanzas, sus caminos difieren bastante.
Epstein lleva siete temporadas en la ciudad del viento y llegó a una franquicia que había ocupado el último puesto de su división los dos años anteriores. Esta situación fue aprovechada en un beneficio a largo plazo, acumulando rondas de draft y pudiendo hipotecar, debido a la ausencia de expectativa alguna, el presente para recoger frutos en el futuro. Así, los Cubs cuentan con una plantilla cuyos pilares fundamentales, como los Bryant, Baez, Rizzo…, se encuentran en la veintena y que apuntan, si no lo son ya, a ser uno de los grandes equipos de la próxima década.
Por su parte, Friedman llegó a un equipo con un roster compuesto por veteranos, sirva Justin Turner de ejemplo, que todavía ofrecen un más que notable rendimiento y que venían de proclamarse campeones de su división los dos años anteriores. Este hecho ha provocado que estuviesen mucho más limitados en el draft. Aun así, desde el front office han hecho los deberes y han encontrado joyas como Corey Seager. Pero no se han conformado con eso. Han puesto sus ojos en el sur y han adquirido buenos jugadores en el mercado internacional. Además, el hecho de que sus jóvenes jugadores les cuesten poco dinero, les facilita acudir a la agencia libre con la chequera a rebosar en busca de una gran estrella.
Joe Maddon, que trabaja con Epstein en Chicago, y lo hizo con Friedman en Tampa Bay es conocedor del potencial de cada uno y del riesgo que suponen los Dodgers esta temporada. No en vano Friedman fue nombrado ejecutivo del año en el año 2008.
Cuando desde la megafonía de Wrigley Field se dijo el nombre de Theo Epstein, el público se puso en pie, coreó su nombre y se escuchó la mayor ovación de la noche. Friedman sueña con llevar un anillo al Dodger Stadium. Sólo con imaginar cómo sería el viaje de vuelta, los fans esperando en el aeropuerto y el desfile de la victoria se le pone la piel de gallina.
Este año los Dodgers tiene la oportunidad de hacer que el sueño de Friedman y de una de las franquicias más históricas de la liga se convierta en realidad.