Knicks: Porzingis, líder de la rebelión contra Phil Jackson
El letón se irá a su país y no estará en los clinics veraniegos de Jackson. El sindicato de jugadores también carga con dureza contra Jackson.
Arrancaron los playoffs pero muy lejos, en ese planeta inhóspito y caótico llamado New York Knicks, se sigue cociendo la que puede ser una de las grandes historias del verano en la NBA. La comparecencia (49 minutos que van a durar una eternidad) de Phil Jackson en el cierre de una temporada de 51 derrotas (31-51), y obviamente sin playoffs por cuarta campaña consecutiva, ha provocado un incendio que sigue propagándose y cuyas verdaderas dimensiones todavía se nos escapan. En lo que pareció un intento a la desesperada de echar a Carmelo Anthony a los perros para que este levante su no trade clause y el equipo pueda traspasarlo, Jackson cargó contra su estrella (dejándose también una parte de su hasta hace no tanto magnética imagen personal), alabó a un Derrick Rose que acaba contrato y pedirá 150 millones por cinco años y no calificó de intocable a un Kristaps Porzingis que aplaudió la respuesta de Carmelo al Maestro Zen en las redes y después se saltó su entrevista personal con este y el general manager Steve Mills.
Pero hay más: la Asocación de Jugadores (NBPA) salió en defensa de Carmelo y atacó duramente a Phil Jackson, cuya actuación resulta inadmisible para el sindicato: “Hemos hecho llegar nuestra opinión al comisionado Adam Silver. Si los jugadores con contrato no pueden, bajo amenaza de medidas disciplinarias, hablar sobre su deseo de jugar en otro equipo, los directivos deberían ceñirse a esa misma lógica. La puerta debería abrirse en los dos sentidos si hablamos de lealtad y respeto.
Para la NBPA lo más intolerable fue el tono y las frases tan directas de Phil Jackson, ya que considera que a jugadores se les ha multado por pedir traspasos de formas menos incisivas. Y en privado, fuentes de la organización reconocen, según la prensa de Nueva York, que espera algún movimiento de Silver.
Pero los problemas no acaban ahí. En información de Adrian Wojnarowski para Yahoo, Porzingis está verdaderamente enfadado con Jackson y hastiado con la falta de dirección y estabilidad de los Knicks y no piensa representar al equipo en la lotería del draft porque, además, va a marcharse a su Letonia natal para no regresar hasta que esté a punto de comenzar el training camp de su equipo. Eso hará que se pierda, asunto delicado, los clinics que quiere dar Phil Jackson durante el verano para tratar de que sus jugadores asuman y abracen de una vez por todas el triángulo ofensivo, ese sistema voluble que creó Tex Winter y que Jackson aplicó con tanto éxito en Bulls y Lakers.
Pero en la plantilla de los Knicks nadie, con Carmelo y Porzingis a la cabeza, quiere el triángulo. Y el letón se mostró muy decepcionado cuando por tratar de deshacerse de él, Jackson acabó con un Derek Fisher al que Porzingis valoraba como entrenador y consejero. Jackson tiene el triángulo ofensivo como eje absoluto de su forma de entender el baloncesto y no piensa dar ni un paso atrás. Según la periodista Ramona Shelbourne, de ESPN y que vivió muy de cerca los años de Jackson en L.A., este tiene un carácter complejo y difícil de predecir que resulta seductor en el día a día. Eso le hacía tan buen mentor como entrenador pero le tiene arrinconado como presidente, ya que su contacto con los jugadores y sus rutinas es prácticamente nulo.
Si no renueva a Derrick Rose (y hacerlo acercándose a las condiciones que de entrada pedirá el base sería un suicidio), los Knicks no tendrán mucho más de 22 millones de dólares para moverse en el mercado salvo que salga Carmelo, al que le quedan 26,2 y 27,9 millones por cobrar hasta 2019, con player option para la última temporada. Si el alero no levanta la no trade clause, el conflicto interno será quizá imposible de cicatrizar en un equipo que tiene que cargar además con el contrato monstruoso de Joakim Noah (sancionado por dopaje y lesionado) hasta 2020. La situación, en gran parte por sus pecados, se está convirtiendo en insostenible para Phil Jackson. Ni rastro del Maestro Zen.