Los cinco momentos que definen la carrera de Tony Romo

¿Cómo definir a un jugador como Tony Romo? Hay pocas figuras más complejas en la NFL moderna de evaluar que la del ya ex quarterback de los Dallas Cowboys. Dependiendo del lado del debate en el que quieras estar tienes argumentos de sobra que defender tu postura. Puedes pensar que está sobrevalorado porque, a fin de cuentas, jamás estuvo en ningún equipo que llegase siquiera a la final de conferencia y en su  curriculum aparecen tan sólo dos victorias en playoffs. Y puedes pensar que está infravalorado porque los Dallas Cowboys en los que jugó nunca fueron élite y, aún así, se las arregló para tener el cuarto mejor QB rating de la historia (97.1), ser parte de un 61.4% de victorias (78-49 como récord) y amontonar una increíble cantidad de yardas (34183) con 12.1 yardas por pase completado.

Es por eso que para resumir su carrera hay que acordarse de lo bueno y de lo malo y, al pensar en sus cinco momentos definitivos, me salen momentos majestuosos y, ya lo siento, uno muy embarazoso por encima de todos.

5- Un debut que no dejó lugar a dudas

El 29 de octubre del año 2006, en la semana ocho de la temporada, Bill Parcells decidió que había tenido suficiente ración de Drew Bledsoe y que ese tipo callado, que había venido de una universidad muy menor y que cumplía su cuarta temporada en los Cowboys les iba a dar una mejor opción de ganar el partido frente a los Carolina Panthers. Ya había jugado la semana anterior, pero aquello era darle la titularidad de forma oficial y... bueno, Romo hizo un partido tan espectacular que, hasta la aparición de Dak Prescott en 2016 pasó una década en la que el debate sobre quién era el QB titular de los Cowboys dejó de existir.

4- Sin pulmón ante la defensa de Jim Harbaugh

El 18 de septiembre del 2011, y ante la apabullante defensa de los San Francisco 49ers de Jim Harbaugh, Tony Romo sufrió un golpe ciego por parte de Carlos Rogers y se fracturó una costilla que le pinchó uno de sus pulmones. Eso lo supimos luego porque, durante el partido, lo que vimos fue a un quartarback pelear contra sí mismo, contra sus dolores, y liderar a su equipo a su victoria durísima que volvía a demostrar que las dudas sobre su carácter siempre fueron una inmensa estupidez.

3- Duelo al sol con Peyton Manning

6 de octubre de 2013. Los Denver Broncos visitan Arlington. Y los que vimos este partido aún nos estamos frotando los ojos. Meterte en un duelo de pistoleros con Tony Romo, el hombre con mayor número de remontadas en la historias de los QBs de los Dallas Cowboys no parece una buena idea. No lo parece a no ser que seas Peyton Manning, claro. En un cruce de disparos sin fin, Romo pasó para 506 yardas y Manning 'sólo' para 414. El partido acabó con 51-48 a favor de Denver porque estamos hablando de la carrera de quien estamos hablando y, por supuesto, a jugada definitiva fue tal que así:

2- La remontada del que no sabía jugar en playoffs

Si algo ha perseguido, y me temo que perseguirá, la figura de Romo es el hecho de que no triunfó en playoffs. Y se obviarán todos los contextos para tirar de un frío dato que nada cuenta. Pero así es este negocio. El caso es que, por si alguien lo ha olvidado, en modo alguno Romo era un jugador que no rendía en los momentos delicados, ya fuesen remontadas en los últimos cuartos o partidos de playoffs. En la ronda de Wild Card del año 2014 los Detroit Lions iban 20-7 arriba en el tercer cuarto; todo estaba preparado para volver a destrozar a los Cowboys y su incapacidad para ganar, pero el QB de las remontadas estaba allí para cambiar la historia.

1- El snap que costó un partido de playoffs

Ninguna imagen más icónica para la carrera de Tony Romo que el error en el snap frente a los Seattle Seahawks en los playoffs de 2006. Él empezó el año siendo el QB suplente, por lo que aún tenía entre sus funciones el ser el que sujetaba el balón en los field goals. La pifió y el equipo perdió.

BONUS: su último pase, un touchdown

Con todo decidido en la temporada 2016, con el bye de primera ronda en los playoffs asegurados, Jason Garrett decidió darle un drivve de despedida a Tony Romo. Y Romo hizo lo que suele hacer Romo: touchdown. Este es el último pase de una carrera puede que no gloriosa, pero seguro que inolvidable.