Los pick compensatorios del draft de la NFL no compensan
Instaurados desde 1994, los picks compensatorios en el draft suponen un triste premio de consolación para franquicias perdedoras en la agencia libre.
Decía el personaje de Bruce Willis en “El último boy-scout” que la agencia libre mató el football. Yo no sería tan radical, pero sin duda, desde su implantación “oficial” en 1993 (antes hubo otros simulacros), la NFL ha cambiado sustancialmente. No pretendo relatar sus virtudes o defectos, sino comentar uno de sus múltiples efectos colaterales: los picks compensatorios.
Cuando los jugadores pudieron catar el mercado sin las férreas ataduras de antaño, los propietarios temieron el desequilibrio que se podría producir entre clubes “ricos” y “pobres”, que los primeros esquilmasen a los segundos. Por esta razón, en 1994 nació el tope salarial, y por idéntico motivo, también estas selecciones extra, como forma de compensar a aquellos equipos que no pudiesen competir contra las mareantes ofertas de las grandes franquicias.
Una fórmula desconocida
Estos picks de draft “compensatorios” los adjudica la liga a aquellos equipos que han perdido más y mejores jugadores, que ganado en la agencia libre del año anterior. La fórmula para asignarlos es secreta (lo que aporta misterio y, por qué no decirlo, cierta dosis de suspicacia), pero se sabe que algunos de sus ingredientes son el salario que percibe el jugador (el factor más importante), su impacto en el nuevo equipo (tiempo de juego) y logros en playoffs. Hay webs que casi aciertan a descifrar el enigma, pero la decisión definitiva sobre cantidad y ronda en que se conceden queda a discreción de la propia NFL. Repartidos al final de cada ronda a partir de la tercera, estas 32 elecciones adicionales vienen a constituir una “octava ronda virtual”, también desaparecida desde el draft de 1994.
La lista de jugadores de mayor impacto escogidos en estas elecciones está encabezada por Tom Brady (6ª ronda de 2000), pero también salieron de ellas jugadores muy representativos para sus franquicias, como Brian Dawkins (Eagles), Hines Ward (Steelers) y entre los más recientes podríamos incluir a Dak Prescott (Cowboys). Sin embargo, no me parece más que una casualidad ligada al acierto de encontrar una estrella en rondas medias o bajas. No más especial que ser elegido en un pick “normal” a esas alturas de draft. Lo habitual es que estas selecciones las integren jugadores de complemento o relleno, con las excepciones que dicta la estadística para estas situaciones.
Los más beneficiados son los más exitosos
Sin embargo, aunque estos jugadores, como norma general, no vayan a cambiar el destino de una franquicia, los clubes que encabezan la lista histórica de beneficiados con picks compensatorios son también los más exitosos. En los primeros puestos tenemos a Ravens, Packers, Cowboys, Patriots… Por tanto, se podría deducir que los equipos que reciben más picks compensatorios se convierten en buenos equipos, cuando en realidad es a la inversa: reciben estos picks por ser buenos equipos. O al menos, por gestionar sus plantillas de forma equilibrada y no perder la cabeza en la agencia libre.
Este sería el concepto de partida, pero en la mayoría de los casos, si un equipo no compensa sus altas y bajas en el mercado de primavera, se debe principalmente a estar inmerso en un proceso de reconstrucción (por lo cual carecería de sentido emplear excesivos recursos aquí), tener empeñada una parte sustancial del espacio salarial en dos o tres estrellas sobrepagadas, o premeditadamente relegar la agencia libre para basar su estrategia en el draft. De esta forma nos encontraríamos que esta política de contención de gastos, forzada o autoimpuesta, no les hace directamente mejores, tan solo (que no es poco) permitirles ser competitivos cada año.
Los novatos son muy baratos
Dada la inflación sufrida en los sueldos por el incremento del margen salarial, la clave del éxito radica en aprovechar al máximo los bajos honorarios que reciben los novatos. La tentación de cambiar un jugador contrastado por otro sin probar pero 10 veces más barato, es golosa para los directivos, pero complica a los entrenadores formar una escuadra contendiente al título.
La táctica de construir vía draft despreciando la agencia libre tiene en los Packers a su máximo exponente. Pero pese a ser de los más beneficiados con picks compensatorios, su éxito no se debe a ellos, sino a las figuras atemporales de dos extraordinarios quarterbacks como Favre y Rodgers. Como éste tenemos otros ejemplos. El plan de gestar un equipo ganador con el draft como pilar es sin duda lo más inteligente, pero no se puede caer en el fanatismo por esta religión a despecho de complementarlo con la agencia libre. Hay clubes que en su obsesión por picks compensatorios llegan al extremo de no fichar jugadores con contratos terminados, para fijarse únicamente en aquellos que han sido cortados, ya que no computan para esta fórmula.
El espectáculo por encima de todo
La NFL es un negocio con espectáculos programados cada poco tiempo. La agencia libre es uno más, pero para que resulte interesante necesita que salgan buenos jugadores al mercado. Ningún club va a permitir que lo hagan sus estrellas, pero para incentivar que consientan que lo hagan aquellos que están un escalón por debajo, la liga ha hecho más atractivas estas elecciones accediendo a que sean negociables a partir de este año. En mi opinión, ni siquiera este plus compensa perder un veterano de nivel integrado en el equipo por disponer de más munición en el draft. Pero en una cultura como la norteamericana, donde para todo se hacen listas de ganadores y perdedores (de nuevo se vuelve a cambiar la normativa de las prórrogas que sigue sin dejar satisfechos a todos cuando lo más sencillo sería aceptar el empate), no viene mal para las franquicias debilitadas en la agencia libre esgrimir los picks compensatorios para justificarse ante sus aficionados. En la NFL, el que no se consuela, es porque no quiere.