Miami Dolphins aspiran a tener el mejor ataque de la NFL en 2017
Ahora solo necesitan apuntalar su defensa con un buen draft, para que el proyecto de Adam Gase suba el escalón que le falta para volver a disputar una Super Bowl.
Todos los seguidores de la NFL estamos pendientes de un cambio generacional inminente e imparable. Los viejos señores de los vestuarios están dejando paso a una nueva generación de jóvenes abanderados por dos tipos que han forjado su prestigio como coordinadores ofensivos: Adam Gase y Kyle Shanahan. El segundo tendrá que demostrar en San Francisco que puede ser algo más que un constructor de ataques endiablados, pero el primero ya nos dejó el año pasado asombrados con su primera temporada en Miami, que incluso mereció algunos votos en la elección de entrenador del año.
El primer mes de Gase al frente de los Dolphins no fue especialmente brillante. Tras cinco partidos, llevaban en la mochila una victoria, cuatro derrotas y muy pocos detalles que animaran al optimismo. Sin embargo, la irrupción de Jay Ajayi con dos partidos consecutivos de más de 200 yardas de carrera significó un cambio de rumbo radical. Desde entonces solo perdieron dos encuentros, se clasificaron para playoffs y, sobre todo, fueron un equipo fresco, imaginativo, atrevido y original. La mano de Gase empezaba a modelar una plantilla ganadora y, sobre todo, muy divertida de ver.
Dudas sobre todo en defensa
Este año los Dolphins no llegaban a la agencia libre con demasiado dinero para gastar. Por eso han tenido que hacer movimientos equilibristas muy puntuales, y quirúrgicos, dejándose la mayor parte del trabajo duro para los tres día del draft, en el que estarán obligados a reconstruir sobre todo su defensa con un linebacker exterior, un defensive tacke, un free safety (pese al fichaje de Nate Allen) y quizá algún cornerback. Necesitarán mucha puntería con sus elecciones de primera, segunda y tercera, y que suene la flauta con alguna de sus tres quintas rondas, para que esa defensa de un salto de calidad. Sería una sorpresa que al menos las tres primeras, y un par de esas quintas, no se fueran directamente a reforzar el lado defensivo del campo.
Un juego aéreo casi inmejorable
Sin embargo, el ataque solo ha necesitado un par de retoques para parecer espectacular. Para empezar, 2016 trajo consigo a Tannehill de vuelta con un pan debajo del brazo. El quarterback, que prometía entrar en la élite en 2015, y se jugaba su futuro en 2016, por fin irrumpió como un jugador desequilibrante en la segunda mitad de la temporada pasada. Sobre todo vimos un tipo inteligente, que lee muy bien el campo y suele tomar muy buenas decisiones, capaz de arrancar a correr con criterio y de rectificar sobre la marcha. Aparentemente, el nuevo Tannehill sí lo tiene todo para ser un quarterback no sé si élite, pero muy cercano a ella para la próxima década.
Otra de las claves de este año ha sido la renovación de Kenny Stills. Para muchos era innecesaria estando en la plantilla Jarvis Landry y DeVante Parker, pero creo que ese tridente se retroalimenta y habría sido un error separarlo. Los tres se mueven sobre el campo con una compenetración increíble, abriendo y estrechando el emparrillado a placer en una danza letal. Entre los tres sumaron en 2015 la friolera de 2.606 yardas. Y este año el tridente pasará a convertirse en un póker de ases con la incorporación de Julius Thomas, llegado desde los Jaguars a cambio de Branden Albert. Adam Gase ya tuvo al tight end a sus órdenes en Denver en 2013 y 2014, años en los que consiguió combinadas 1277 yardas y 24 touchdowns. Todo apunta a que el ataque aéreo de Miami puede ser imparable en el futuro próximo.
Una línea ofensiva que funciona muy bien como bloque
Una de las preocupaciones de los aficionados es cómo puede afectar al rendimiento de la línea la marcha de Branden Albert, un left tackle muy por encima de la media de la liga. No olvidemos que el año pasado los Dolphins solo permitieron 30 sacks, y fueron de los mejores conjuntos en esa faceta, lo que ayudó a la resurrección de Tannehill. Aparentemente, la decisión queda avalada por el salto lógico de Laremy Tunsil a tackle izquierdo, y a la irrupción el año pasado de Anthony Steen, que jugó de maravilla sustituyendo en el center a Mike Pouncey. Con el regreso de Pouncey a su puesto, Steen puede reubicarse en el guard izquierdo, su posición natural, y, por si acaso, han fichado en la agencia libre a Ted Larsen como un sexto hombre que puede ocupar cualquiera de las tres posiciones interiores. En la derecha volverá a estar el veterano recién renovado Jermon Bushrod como guard, ya completamente adaptado a esa posición después de haber sido dos veces probowler como left tackle. En el tackle derecho seguirá Ja’Wuan James, y parece complicado que esa línea sufra muchos cambios en el draft o en lo que queda de agencia libre, viendo su potencial rendimiento y las necesidades más angustiosas en otros puestos.
Ajayi en el punto de mira
Detrás de esa línea, y con un ataque aéreo que obligará a las defensas rivales a jugar muy abiertas, Jay Ajayi tendrá la obligación de volver a superar con solvencia las 1000 yardas de carrera. Y no será fácil. No hay que olvidar que el año pasado fue muy irregular, y alternaba actuaciones de más de 200 yardas y de 7 yardas por intento con otros partidos en los que, con los mismos balones recibidos, llegaba a duras penas a las 50 yardas y a las 2,5 por intento. Ajayi solo sumó 8 touchdowns en toda la temporada y quizá pueda ser el eslabón más débil de toda la ofensiva. Que nadie se extrañe si al final los Dolphins terminan por fichar a Jamaal Charles o a otro de los veteranos que habitan en la agencia libre, o incluso eligen un corredor con una de esas quintas rondas del draft, para cubrirse las espaldas en el backfield.
Todos los problemas están en defensa
Los problemas de verdad llegan al analizar la defensa. Suh necesita a su lado urgentemente un tackle que cierre la carrera mientras él embiste. Entrevistaron a Dontari Poe, pero su oferta de un año no colmó las expectativas del jugador y cubrir ese agujero será una de las grandes prioridades del draft. Cameron Wake seguirá siendo la joya de la corona en la izquierda y, aunque ha pasado desapercibido, el traspaso de Williams Hayes a cambio de una sexta ronda a los Rams puede ser un gran acierto para apuntalar la línea. Hayes se hizo famoso hace unos meses por declarar que no creía que hubieran existido de verdad los dinosaurios. Sin importar cuales sean sus paranoias, es uno de esos jugadores que abundan en la NFL, que pasan desapercibidos, pero que suelen rendir a muy buen nivel. Algo muy parecido a lo que sucede con Lawrence Timmons, que llega desde Pittsburgh para reforzar un anémico grupo de linebackers en el que Kiko Alonso ha sido renovado, pero en el que hacen falta urgentemente refuerzos por el exterior que tendrán que llegar en el draft. También debemos estar pendientes del estado en que pueda regresar Koa Misi después de haberse perdido por lesión prácticamente la temporada 2016 entera.
Una secundaria sorpendente
En secundaria empezaron con el disgusto de la pérdida de Isa Abdul-Quddus, cuya lesión de cuello puede abocarlo a la retirada con 28 años. Ha sido una gran faena para el equipo, porque el año pasado se compenetró de maravilla con Reshad Jones y podían haber formado una muy buena pareja de safeties durante años. El grupo de cornerbacks, como sucede en la línea ofensiva, rinde muy por encima de los nombres. Ni Byron Maxwell, ni el rookie Xavien Howard, ni Lippett, ni McCain podrán encantar con su juego, sin embargo, todos juntos lograron en 2016 que la defensa contra el pase de Miami fuera al menos digna. Como os contaba antes, la llegada de Nate Allen desde Oakland no parece suficiente para encontrar el relevo en el free safety y deberían seguir rebuscando refuerzos contra el pase en la agencia libre (¿Revis?) y en el draft para que todo el trabajo de reconstrucción no se venga abajo por ese agujero negro.
Estos son los problemas con los que afrontarán el draft los renacidos Dolphins de Adams Gase, un equipo brillante y espectacular que promete ser muy divertido de ver por la frescura de un ataque que debería estar en la élite. Ahora solo necesitan apuntalar la defensa para tener opciones de destronar a los Patriots y disputar la Super Bowl.