Queridos lectores esta madrugada jugaron los Minnesota Timberwolves y, por lo tanto, toca hablar de Ricky Rubio. ¿Otra vez? Sí, es necesario. Para algunos será una pesadilla; para otros, un placer y para mí, algo divertido. Hablar de este Ricky Rubio es un placer porque nunca antes en su carrera en la NBA había estado igual . Es su mejor momento. Hay pocas dudas al respecto. A pesar de la derrota de los suyos en Miami ante unos mayúsculos Heat (123-105), el base de El Masnou realizó otro gran partido en el que volvió a alcanzar los 20 puntos, el cuarto encuentro seguido en el que hace esos guarismos o más, su racha más larga en Estados Unidos . Es, además, la sexta ocasión esta temporada. Y es relevante porque en el pasado, en las cinco campañas previas a esta, nunca pasó de las cuatro: cuatro en la 2015-16, cero en la 2014-15, cuatro en la 2013-14 y una en la 2011-12.
Además, logró 6 asistencias, algunas de ellas, como viene siendo costumbre, preciosas, plásticas y efectivas. Desde el 19 de enero no cae por debajo de los cinco pases de canasta . Una racha que entre los cinco mejores asistentes de la Liga (él es el quinto) solo aguantan John Wall y James Harden. El primero solo tuvo menos el pasado 11 de noviembre y el segundo, siempre ha estado por encima. Westbrook tuvo cuatro el 2 de este mes y Chris Paul, el 6 . Ese es el nivel. Es el ritmo que está marcando un jugador que promedia 8,9 asistencias este curso, una décima por encima de LeBron James.
Pero, a pesar de esto, no pudo con estos extraordinarios Miami Heat. Spoelstra es simplemente un genio. Le dieron una banda de marginados y los ha convertido en un equipo. Y Goran Dragic y Hassan Whiteside son sus líderes. Con este triunfo, logran un balance 23-5 desde el 17 de enero, el mejor en estos momentos en la Liga, cuando en los primeros 41 partidos, solo habían ganado 11 . Están en puestos de Playoffs, octavos tras la derrota de los Detroit Pistons y la victoria de los Milwaukee Bucks. Una proeza mayúscula para los Willie Redd, Luke Babbitt, Wayne Ellington... y sin Justise Winslow, que está fuera por un desgarro en el labrum de su hombro derecho desde el inicio de 2017 y que no volverá hasta el próximo curso.
Pero parece que tampoco hace falta. Solucionan partidos con solvencia y naturalidad. "Estos chicos tiene mucha hambre. A muchos los sacamos de la selva; habían sido eliminados de la NBA ", subrayó Whiteside sobre sus compañeros, unos jugadores que dieron solo 12 minutos de cortesía a los Wolves (27-23) para luego destrozarlos con un parcial 37-26 y un ritmo en el lanzamiento cercano al 60% durante todo el duelo. Minnesota, mientras, nadaba entre diferentes estados. El que representó Wiggins, que comenzó con 13 puntos en el primer cuarto y luego cero en el segundo. O el de Towns, que no paró de intentarlo, aunque se veía incapaz de detener la sangría en la pintura (20-9 al descanso) por el ritmo en el pase de los de Florida (29-14), que tuvieron una mala noticia: Dion Waiter se retiró en el segundo cuarto por un esguince en el tobillo izquierdo.
Solo el tercer cuarto mostró a los Wolves que quiere Thibs . Más cerrados en defensa, con mayor agilidad en el ataque, utilizaron la conexión Ricky-Towns como punta de lanza. A través del pick and roll en la zona izquierda del ataque, los visitantes llegaron a tiro de tres (70-67, 5:58). Sin embargo, Tyler Johnson (15 puntos en el tercer cuarto) descerrajó ocho tantos seguidos que dieron al traste con el camino recorrido (90-81 al finalizar el periodo). Minnesota se quedó sin gasolina y Miami les hizo claudicar con todo el potencial de su banquillo (60 tantos). "Tenemos más que suficiente para ganar. Solo tenemos que llegar hasta ahí y que todo el mundo haga su trabajo. Este no es el baloncesto de la AAU ", declaró Thibodeau que asistió impotente al derrumbe de sus pupilos con un parcial 17-5 (del 106-100 al 123-105) en seis minutos .