Las 10 razones de la eliminación de México en el Clásico Mundial
La novena mexicana quedó fuera del torneo en medio de la polémica, pero más allá, en el campo, hubo motivos para justificar su salida.
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Edgar González y el resto del equipo mexicano en el Clásico Mundial ahora saben lo que sintieron los productores de “La La Land” hace unas semanas en la entrega de los Óscar. Sufrieron en carne propia el sentir de Miss Venezuela en el certamen 2016 de Miss Universo. No, no se siente nada bien.
Pero más allá de un sistema fallido, de un reglamento que está lejos de la comprensión de los propios organizadores, y mucho más lejos para los simples mortales, el equipo mexicano no puede más que culparse a sí mismo de ver el resto del torneo por televisión... si es que aún les quedan ganas.
Aquí 10 razones por las que México quedó eliminado del Clásico Mundial de Béisbol.
1.- El bullpen: Cuando se anunció el roster de México, si con algo se sentía segura la afición era con su cuerpo de relevistas. No era para menos con la presencia de estrellas de Grandes Ligas como Sergio Romo, Joakim Soria, Óliver Pérez y, desde luego, Roberto Osuna. Todos ellos fallaron para dejar escapar una ventaja de cinco carreras en la novena entrada ante Italia, permitir otras cuatro en el último episodio ante Puerto Rico y de otorgar ocho anotaciones entre la quinta y la séptima entrada ante Venezuela.
2.- Jugar a lo mínimo: Antes del duelo ante Venezuela, el manager Edgar González y algunos jugadores aseguraron que gente de Grandes Ligas les informó que requerían de un triunfo por al menos dos carreras para aspirar al duelo de desempate. Dicho y hecho, México jugó a ganar por dos carreras y ni una más. En el pecado llevaron la penitencia.
3.- Falta de liderazgo: Novena entrada del duelo ante Venezuela, dos hombres en base sin outs y Luis Cruz a batear. González lo envía a tocar la bola para avanzar los corredores, pero el “Cochito” se resiste porque, alega que no ha tocado la pelota en cuatro años. Eleva al jardín izquierdo y los corredores no se mueven. Venezuela cuelga el cero y esa carrera que no entró resultó ser la diferencia. Si el manager te manda a tocar, tocas. Si no quieres, un emergente.
4.- Aprovechar la ventaja de local: México no es un equipo de poder. Nunca lo ha sido, nunca lo será. Su fortaleza reside en el pitcheo. No propongas como sede un campo que favorece a los bateadores. No cuando sabes que te enfrentas a bateadores de Grandes Ligas. Lleva al certamen a Culiacán o Hermosillo, altura a nivel del mar y aire pesado, (y con todo respeto mucho mejor estadio y con una afición de peso) y dale a tus pitchers la mejor opción de competir.
5.- Demasiado respeto a las jerarquías: A Edgar González le tembló la mano para hacer cambios oportunos con dos de sus caballos: Roberto Osuna ante Italia y Sergio Romo ante Venezuela. El cambio de lanzadores, Pérez y Jake Sánchez respectivamente, ocurrió cuando la situación requería de un milagro.
6.- Osuna ante Italia: Mucho se ha tocado este tema de la catastrófica novena entrada ante Italia. Ingresar a Osuna en una situación en donde no había un salvamento de por medio fue apresurada, especialmente al considerar que Romo había retirado la octava en orden y con tan solo 12 pitcheos.
7.- Relevistas ante Italia: ¿Realmente era necesario utilizar exclusivamente una entrada a Vidal Nuño, Carlos Torres, Joakim Soria y Sergio Romo ante Italia? Ninguno de ellos se metió en apuros, entre los cuatro se combinaron para cuatro innings de un hit con una base y cuatro ponches. Ninguno de ellos hizo más de 17 lanzamientos. ¿Por qué el apuro en sacarlos?
8.- La defensiva: Hubo tres errores que pudieron haber cambiado el desenlace de todo el torneo.
Noveno inning contra Italia, Luis Cruz pifia un rodado de Drew Butera, un camión pesado corriendo a primera. Un out que pudo haberle brindado la tranquilidad a Osuna para trabajar, aún con ventaja de dos carreras, uno fuera y hombre en tercera.
Mismo encuentro, casa llena sin outs en la novena entrada y la pizarra 9-8. González manda al cuadro a jugar adentro para evitar la carrera del empate. John Andreoli batea rodado por segunda que toma fuera de posición a Luis Urías y permite que entren dos carreras para dejar a México en el terreno. En formación de doble matanza, Urías hubiera estado en posición para hacer la jugada, permitir el empate con dos outs y dejar todo al duelo entre Daniel Descalso y Óliver Pérez. Dada la crisis, los extrainnings no hubieran sido la peor de las opciones.
Juego ante Puerto Rico. Novena entrada, dos outs y hombre en primera con la pizarra abajo 5-4. Joakim Soria obliga a Carlos Beltrán a sacar elevado más que de rutina al cátcher, pero Xorge Carrillo deja caer la esférica y los boricuas desatan un infierno de cuatro anotaciones. Para dar mayor énfasis a la pifia, México abrió la parte baja del inning con dos corredores en base sin outs.
9.- Béisbol de fundamentos: México en todo el torneo: Cero toques de bola, cero intentos de robo de base. Edgar González no hizo mucho uso de la estrategia, por decir lo menos.
10.- Dejar todo hasta el final: Ese parecería el lema nacional. México tuvo múltiples oportunidades de cambiar su historia en el campo y tuvo que recurrir a polémicas, apelaciones ante Grandes Ligas y el Comité Organizador para defender lo que no pudieron defender en el diamante.