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Los siete minutos del éxtasis

Cuando Bakero metió el gol imposible, mi yaya cogió una cacerola y un mortero y como una loca empezó a gritar y darle al manubrio y así cientos de miles de personas.

Cuando Iniesta metió el gol mágico que nos llevaba a Roma, con Borja estallamos y casi nos cargamos el pobre bar pakistaní de Gracias en Barcelona y millones de personas también lo hicieron.

Ayer, muchos, miles, tendrían que empezar pidiendo perdón a los jugadores del Barça.

Todos ellos no se han enterado que estos jugadores son campeones, que somos campeones.

Que ya no somos el Barça de la final de la copa de Europa de Sevilla.

Somos el que empezó Cruyff, siguió Rijkaard, catapultó Guardiola y moldeó Luis Enrique.

Somos lo que soñamos y precisamente porque no sabíamos que era imposible, ayer, remontamos y como dijo Luis Enrique: "esto es un deporte de chalados"

Remontamos porque:

• Iniesta metió un gol de tacón de rebote en propia portería y Suárez lucho y saltó y remató como si le fuera la vida en ello.
• Emery salió acongojado ¿cómo se puede hacer tanto el ridículo con un 4-0 a favor?,
• el planteamiento del PSG fue una vergüenza para la verdad universal y la poesía del fútbol. No se puede tener alma más pequeña.
• Luis Enrique demostró su cambio magistral al 3-4-3 y lo dije después de la paliza en París, no nos faltaba fútbol, nos faltaba estrategia,
• el pie maravilloso de Ter Stegen nos salvó y como buen alemán, parece que la fiesta no vaya con él.
• el shhh de Di María al Camp Nou después del golazo de un inmenso Cavani, volvió a recordarnos lo poco que vale como deportista por muchos goles que meta o carreras rápidas que haga. No tiene ninguna clase y se fue del Madrid por la puerta de atrás.
• se comieron la chulería parisina con la que salieron, como con Nadal e Indurain. La portada de varios periódicos diciendo: Naufragio Total o Imperdonable, recordando la eliminación de Francia por aquella Bulgaria bárbara con aquel gol inolvidable de Kostadinov en el último minuto. C'est pas possible... gritaban ayer los comentaristas franceses entre sollozos,
• se coronó Neymar como sucesor de Messi. Ayer, por fin vimos a Neymar siendo el líder con el Messi más apagado de los últimos meses. Aunque también metió el gol del penalti del 3-0, no nos olvidemos. Neymar, después del palo del gol del PSG tiró de fuerza y de liderazgo. Se vio, por fin, el Ney de Brasil. El Ney que algún día, pronto, ganará el Balón de Oro. Y sí, es del Barça.
• Sergi Roberto brilló y entró en la historia. La última perla de la cantera, que ha jugado en todas las posiciones, solo le falta limpiar las gradas y cerrar la luz, nunca se ha quejado, ha tirado de humildad y de constancia, sacrificio y por fin... pegada...
• el árbitro vio lo que pitó y pitó lo que vio. Me hace gracia escuchar a madridistas de lo de ayer, cuando ellos reciben regalos cada fin de semana, cada fin de semana, cada fin de semana...
• el tweet del Monasterio de Montserrat, uno de los lugares de peregrinación de la hinchada blaugrana diciendo: "todos aquellos que dijisteis que vendríais si ganaba el Barça, no vengáis el mismo día",
• los 26 minutos entre el gol de Cavani y el golazo de Neymar de falta, navegamos entre tempestades de mensajes de los amigos merengones recordando que solo el Madrid remonta, "tanto remar para nada" y miles de memes, que al final con un poco de sal, se tuvieron que comer,

Por fin, podremos explicar dentro de cuarenta años, los siete minutos de éxtasis que vivimos, de la agonía al llanto, de la mediocridad absoluta a la heroicidad, de perder o ganar, de conformarse, con luchar hasta el último segundo, de sufrir para ganar, de creer hasta hacer...

... de hacer historia...

... de ser recordados.