Los Cleveland Browns serán animadores de la agencia libre
La franquicia de Ohio se convertirá en protagonista de la offseason por dos motivos: porque puede (más de 100 millones para gastar) y porque debe (acabó el año 1-15).
Dicen que los animales detectan la llegada de un terremoto. Su comportamiento se altera, parecen nerviosos y expectantes. Así nos encontramos los seguidores de la NFL ante el seísmo que se nos avecina con la apertura oficial de la agencia libre. Tormentas de millones, franquicias que entran en erupción, tsunamis que todo lo arrasan. El pasado fin de semana se celebró el combine con los mejores rookies de la promoción, como carta de postres, preludio de lo que nos espera. Pero el plato fuerte de la offseason es, sin duda, la agencia libre. Y la recomendación del chef: los Cleveland Browns con sus más de 100 millones de $ para invertir y la urgente necesidad de hacerlo con acierto. Se avecina catástrofe natural. Todos a cubierto.
Los Browns llevan años alejados de los puestos de privilegio de la NFL. Esto es un eufemismo. Sería más preciso, deambulando por la liga, sin una alegría que dar a sus seguidores. Este síndrome de abstinencia, cuando se junta con tanto dinero que gastar, suele tener fatales consecuencias si no se hace con mesura. En 2006, tras una campaña de 6-10, realizaron sonoros fichajes en la agencia libre, que tras una (inevitable) serie de desdichas finalizó con el equipo 4-12. Ser el ganador de primavera no garantiza nada para el invierno. Sin embargo en la situación actual del club, no tienen más remedio que aprovechar el ingente espacio salarial del que disponen para rellenar sus múltiples huecos. Los agentes lo saben, y se frotan las manos.
Cualquier jugador por quien pregunten elevará sus expectativas económicas al olor de la cartera repleta de billetes. El dinero no es un problema hoy, pero puede convertirse en una hipoteca mañana. Las reticencias para la renovación del WR Pryor puede indicar que no están dispuestos a sobrepagar veteranos que sólo pretendan venir por su cheque prejubilatorio, sino jóvenes que puedan sentirse comprometidos con el proyecto, como en el caso del LB Collins.
Tres son las necesidades más apremiantes de los Browns. El pass-rush es una de ellas, pero sospecho (espero) que la solucionarán en el draft. El DE Garrett debe ser el pick#1. Su talento y superioridad enamora tanto a quienes ven en él al jugador de football como los que examinen analíticamente sus registros. Cuando un jugador destaca sobremanera, dejarle escapar sería muy difícil de explicar a su base social. Otra cosa será el resto de picks. Ya llegaremos a eso.
Otra urgencia es la de mejorar una línea ofensiva que el año pasado concedió 66 sacks, récord de la franquicia. Las carencias aquí, sobre todo del centro hacia la derecha, dado que el draft no parece bien surtido en estos puestos, deberán cubrirse en la agencia libre. La secundaria también precisa oxígeno, pero aquí sí pueden recurrir al draft con mayor tranquilidad, por lo que imagino que la estrategia será combinar ambos. En estas posiciones volcarán sus esfuerzos sin olvidar reforzar el fondo de armario en el cuerpo de receptores, backfield, linebackers, etc. Sin embargo, no olvidemos que las mentes de Harvard tras este proyecto han tenido un año para evaluar aspirantes. DePodesta y su equipo podrían aplicar los conceptos del “SPARQ” (explicados en el artículo “El mayor capital de los Browns tras el draft es la ilusión”) y darnos alguna sorpresa con las contrataciones.
Pero no se puede hablar de los Browns y obviar el tema del QB. Jackson ha afirmado haber evaluado todos los posibles candidatos, y seguro que es cierto, para finalmente declarar que no está seguro de si al jugador que busca ya lo tiene en plantilla, lo que también puede ser verdad. Esta agencia libre llega sorprendentemente plagada de quarterbacks con serias opciones de cambiar de aires. Sin embargo, ninguno viene exento de mácula. Romo tiene una situación económica difícil de solventar. Cousins es muy caro. Glennon no entusiasma. Taylor es una versión pobre de Griffin. McCarron tendría sentido por su pasado con Jackson, pero resultaría raro un traspaso entre equipos de la misma división. Y Cutler… es Cutler. Nos queda Garoppolo, pero el disparatado precio que piden los Patriots (una primera ronda y más) por un jugador que apenas ha disputado un puñado de partidos de titular en un conjunto muy sólido en el que no tuvo que ser protagonista, y que el año que viene será agente libre, le debería situar fuera del radar para cualquier General Manager con intenciones de seguir en su puesto.
En mi opinión, sería más recomendable exprimir a RGIII y seguir desarrollando a Kessler. En el pasado, elegían un rookie y construían alrededor, con el ruinoso resultado obtenido. Ahora la estrategia debería ser armar primero una base de equipo y después insertar al QB. No obstante, el quarterback trasciende lo meramente deportivo. Es la imagen de la franquicia, el reclamo para una afición que está abandonando el First Energy Stadium. No importa si eres pobre cuando todos lo son, pero tras los éxitos de Indians y Cavaliers en sus respectivas ligas profesionales, los Browns necesitan recuperar protagonismo en Cleveland. Por esta razón, no descarto que llegue alguno de los anteriormente citados, ni mucho menos, invertir un pick alto en el draft, independientemente de si es necesario, o si la promoción de este año lo merece.