Adrian Peterson lanza coqueteo virtual a los Giants

Adrian Peterson no se convirtió en uno de los mejores running backs de la historia sin saber anticipar los movimientos del jugador que tiene enfrente. ¿Ese linebacker va a sellar el hueco? ¿El safety bajará a tiempo? ¿Debo cortar por dentro o por fuera? Todo eso pasa por la cabeza de un corredor justo al momento de tomar el balón de manos de su quarterback.

Al momento de definir su futuro profesional, no es muy distinto. Ante la enorme posibilidad de que su salario de 12 millones de dólares, y en especial el impacto de 18 millones en el tope salarial, indiquen que Peterson ya jugó su último partido con los Minnesota Vikings, el veterano corredor próximo a cumplir los 32 años, no está dispuesto a que sea alguien más el que dicte su futuro.

Como lo muestra el hecho de que ha engendrado a por lo menos siete hijos con distintas madres, Peterson está acostumbrado a dar el primer paso, y eso es precisamente lo que hizo, al escribir un no tan sutil mensaje en Twitter: “Los Giants están haciendo movimientos interesantes”.

Ese es el equivalente a “Oye, ¿Qué te parece un poco de pizza y Netflix en mi casa?” es un avance claro y directo a lo que podría resultar en una relación que beneficie a ambas partes, o al menos ambos parecen conformes con el coqueteo hasta ahora.

Sin embargo, no es la primera vez que Peterson pinta un panorama en el que su próximo equipo no lleve unos cuernos en el casco, pues apenas hace un mes reconoció que entre los equipos en los que le gustaría jugar se encuentran los Giants (nuevamente), los Texans y los Bucs.

A todos ellos les vendría de maravilla un tipo como Peterson, claro considerando que aún le quede un poco de gasolina en el tanque. Pero ninguna de esas opciones es más intrigante que la de los Giants, un equipo con una defensiva elite, un quarterback dos veces campeón (pésele a quien le pese) y un playmaker en ofensiva. También coincide que fue el equipo 29 en yardas por tierra y que cuenta con una línea lo suficientemente buena para que Peterson pueda brillar.

El contrato de Peterson indica que tiene programado un bono de roster de seis millones de dólares a pagarse el 11 de marzo, así que no queda mucho para conocer si entra o no en los planes de los Vikings. También tiene la opción de abrirse paso a la fuerza hacia la agencia libre al rehusarse a aceptar una reducción de contrato y controlar a placer una opción que le convenga en lo deportivo y lo financiero.

Pero para ello, debe demostrar que aún tiene galleta. Que los 20 partidos en las últimas tres temporadas son obra de macabros accidentes y no el indicador de que sus mejores días han quedado atrás, como los cientos de defensores que alguna vez intentaron darle alcance.