El dominicano Álex Reyes ya ha acabado su curso
El pitcher de los St. Louis Cardinals tendrá que pasar por el quirófano y no aparecerá en el montículo hasta el año 2018.
La temporada de Álex Reyes se ha acabado el día siguiente de haber llegado a la estructura de Jupiter, estado de Florida, donde se encuentra el Estadio Roger Dean Stadium que alberga los entrenamientos de primavera de los Cardenales de St. Louis. Los exámenes han evidenciado que el nativo del estado de Nueva Jersey y de padres dominicanos tendrá que someterse a la cirugía Tommy John, pesadilla de cada pitcher.
Esto quiere decir que en el curso 2017 no disparará ningún lanzamiento desde el montículo. Al mismo tiempo, eso supone una tremenda baja en la rotación de los abridores del conjunto del Estado de Missouri y también un azote para la plantilla de la República Dominicana que el mes de marzo tendrá que defender el título en el Clásico Mundial de beisbol.
En los planes de los Cardenales Alex Reyes hubiese tenido que ser el quinto abridor. Estamos hablando del mejor prospecto en el mundo de las Grandes Ligas, que se estrenó en la MLB en la última parte de la pasada campaña, primero como relevista y luego como abridor. Cosechó números abrumadores, y destacó sobre todo por una bola rápida que alcanzó las 97 millas por hora. No hay duda que los Cardinals, en una temporada en la cual tendrán que intentar plantar cara a los rivales y finalmente campeones de Chicago, arrancarán con un tremendo hándicap.
Obviamente la esperanza es que Alex Reyes vuelva igual o más fuerte que antes de su lesión. Hay muchos ejemplos de jugadores que han tenido que pasar a través esta delicada travesía y que luego han seguido jugando de maravilla. Pero la recuperación supondrá mucho tiempo y hay mil factores que entraran en juego, también psicológicos.
Quizás la Republica Dominicana podrá suplir brillantemente a su ausencia. Más difícil será la tarea para el equipo de Missouri que tiene por delante un desafío muy complicado, además encuadrados en la misma división que los vigentes campeones del mundo, los Chicago Cubs.