El Villarreal tiene una gran preocupación y una justificada satisfacción. Por un lado, la Roma intimida. Marcha segundo en Italia, tiene una plantilla de tronío con Dzeko a la cabeza (25 goles) y, para colmo, afrontará la vuelta al calor del Olímpico. Pero, por otro lado, el Submarino vuelve a medir su potencial en un partido grande. Y ahí, esta temporada nadie le ha frenado: goleó al Atleti y empató ante Madrid, Barça y Sevilla (dos veces). Sólo tropieza ante los equipos de perfil bajo. Justo lo que no es la engrasada máquina de Spalletti.
El Roma llega con hambre. Alguien le ha recordado que hace 13 años el Villarreal le eliminó en la UEFA. Así que utilizará la venganza como gasolina. El título es su obsesión tras el mazazo veraniego, donde el Oporto le dejó sin Champions. Está invicto en esta competición, tiene un once temible, un banquillo de lujo y dos exsevillistas que conocen a su rival: Fazio y Perotti. Spalletti tirará de toda su artillería y continuará con el 3-5-2 que ha mantenido su pegada (segundo realizador del Calcio), con Nainggolan entre líneas, y que mejoró su solidez (sólo la Juve le supera).
Pizarra local. Escribá se aferra a Asenjo, Zamora, para viajar a Roma sin goles encajados. Al Villarreal le sobra ilusión y no tiene miedo. Sansone, ex del Sassuolo, dijo que los del Roma “no son extraterrestres”, con perdón de Totti. Quizás tenga fe por ver tanta sangre italiana cerca. José Ángel, Víctor, Bonera, Soriano y él mismo se endurecieron en la Serie A, mientras que Musacchio (vuelve) tiene hasta nacionalidad azzurra. Sin embargo, obvió un dato: el pichichi jugó ocho veces contra el Roma y jamás le marcó. Hoy es buen día para demostrar que De Rossi, Salah y cía son terrenales.
El Shaarawy comenzará el partido en el banquillo del Roma. El atacante lleva tres goles en toda la temporada y su rendimiento está siendo muy discutido. En las últimas horas su nombre ha sido relacionado con varios equipos para irse este verano. Entre ellos, el de Las Palmas, que tras los fichajes de Halilovic y Jesé quiere seguir reforzándose arriba por si es capaz de dar el salto definitivo a Europa.
