Barça: llegó la hora de la verdad

Luis Enrique siempre tuvo en mente la idea de crear un Barcelona imprevisible y ganador.

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Durante dos temporadas ha logrado su objetivo y los títulos y el juego ahí están para testificarlo, pero en este curso el Barça está siendo imprevisible en grado sumo. Eso quiere decir que es tan indescifrable para el rival como para el seguidor.

El rival no sabe qué Barcelona se encontrará, pero el aficionado, tampoco. Eso puede servir para vadear partidos de entretiempo, pero en cuanto llega la Champions a eliminatoria de ida y vuelta y el rival es el París Saint-Germain, ya no queda otra que decidirse. Si tocan las campanas europeas (y más si suenan desde Notre Dame) hay que definirse.

Al Barça ya no le vale medio partido bueno. Ha llegado la hora de la verdad. Ante el PSG el Barça se juega a partir de hoy más que unos cuartos de final. O despega y despeja dudas o la depresión se apoderará del curso.

París y el PSG representan un rival y un escenario un poco como el Barcelona esta temporada: Inconstante. Los franceses acumulan un historial de gastos exagerado para ganar su competición doméstica, pero que ha resultado insuficiente para reinar en Europa. De forma reiterada, el Barça se aparece en sus peores pesadillas.

Nunca los galos, con todo el glamour que desprenden, han podido tentar a una de las estrellas culés para cambiar de bando y dar un salto de calidad que les llevase a reinar en el continente por mucho dinero que ofrecieran. Es más, demasiado a menudo se toparon con el Barcelona como el conjunto que les cerró el paso para consagrarse a nivel internacional.

Ahora, el PSG de la mano de Emery tratará de superar esa frontera catalana que jamás superaron. Ambos equipos presentan cartas como para reinar en Europa y sólo podrá quedar uno. Para ambos llega la hora de la verdad en una temporada que hasta ahora ha sido inconstante, pero ante la que no hay más alternativa que despegar o estrellarse.