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REAL MADRID

Zidane y su invento de tres centrales no funciona

Volvió a apostar en El Sadar por jugar con tres un 3-5-2 y tuvo que cambiar con el 1-1 en el marcador, su equipo se atascó. En Sevilla (2-1) y Vigo (1-1), el dibujo tampoco cuajó.

Zidane y su invento de tres centrales no funciona
PEPE ANDRESDIARIO AS

Zidane insiste en apostar por la defensa de tres centrales, pero sigue sin salirle el plan. Tres intentos y tres fracasos. En Sevilla, donde mejor se ejecutó su nueva estrategia, el Madrid perdió 2-1 tras 70 minutos de gran solidez, pero después de sufrir varios accidentes. En Vigo, en el intento fallido de remontada en la Copa, el experimento acabó en eliminación a manos del Celta (2-2). Y ayer, en Pamplona, tuvo que cambiar sobre la marcha porque el 1-1 ante el colista daba provisionalmente el liderato al Barça. Visto lo visto, y analizadas las palabras de Zidane tras el partido ante Osasuna, la línea de tres podría reservarse únicamente para urgencias a partir de ahora. Por ejemplo en noches en las que se necesite el espíritu de las remontadas: "Hemos tenido más equilibrio con cuatro defensas. Tendré que ver el partido de nuevo y ver qué pasa. A veces nos falta concentración. Al final todo salió bien y eso es lo importante".

La primera vez Zidane sorprendió con el nuevo sistema, apoyado en la seguridad que le da ser líder, de haber estado 40 partidos invicto y de convertir en oro todo lo que toca o prueba, fue para protegerse. El Madrid visitaba el Sánchez Pizjuán en Liga y el técnico francés quiso contrarrestar el poderío del Sevilla en medio campo con un 3-5-2. Sampaoli le había jugado así sólo unos días ante en la Copa y pensó que repetiría. No lo hizo. Así, Zidane salió con Carvajal y Marcelo de carrileros y el dibujo tenía su sentido, aunque durante demasiado tiempo fue un 5-3-2 que condenó el buen rendimiento habitual de ambos laterales. Nacho, Ramos y Varane formaron la zaga. Esa noche, el equipo blanco dio una sensación estupenda durante gran parte del partido. Cristiano adelantó a un Madrid que se descompuso en los últimos ocho minutos. Sin embargo, Ramos, con un gol en propia puerta, y Jovetic dieron la vuelta al partido.

Pese al accidental resultado, Zidane salió tan satisfecho de esta prueba que la repitió diez días después, tras volver a la línea de cuatro sin mucha brillantez en la ida de los cuartos de final de la Copa ante el Celta (1-2) y contra el Málaga en casa (2-1). El Madrid regresó al sistema con tres centrales en Vigo. Y esta vez más como plan ambicioso que como alternativa para defender arropado. El problema es que no estaban Carvajal y Marcelo y Zidane se vio obligado a parchear demasiado el once para levantar ese 3-5-2. Atrás jugó Casemiro junto a Nacho y Ramos. Y sufrió. Y por los costados actuaron esta vez Danilo y Asensio. El Madrid pudo golear y pudo salir goleado, prueba de que el equilibrio no fue el deseado. 2-2 y eliminación. Fue una despedida de la Copa honorable, aunque un palo duro para el sueño del triplete.

Parecía que desde esa noche aciaga Zidane no iba a repetir más ese dibujo. Error. Anoche en Pamplona, donde el Madrid había pinchado en cinco de sus últimas seis visitas, Zidane repitió. La idea, de nuevo, era reforzar el centro del campo y dejar a Danilo y a Marcelo en ese continuo viaje de ida y vuelta mientras Nacho, Ramos y Varane fijaban a los delanteros de Osasuna. El fracaso de la idea quedó patente en el segundo tiempo cuando, tras el 1-1 inquietante y con Sergio León dando guerra, Zidane cambió a un 4-4-2 más habitual. La lamentable lesión de Danilo fue clave para que se decantara por variar sobre la marcha y no sabremos nunca qué hubiera hecho si el brasileño, con el que tiene una confianza ciega, hubiera continuado. Sea como fuere, el hecho es que el Madrid cambió, mejoró y sentenció (1-3).

Al final del partido Zidane fue autocrítico con el planteamiento, mientras los jugadores prefirieron opinar en voz baja y confirmaron las bondades de jugar con tres atrás. Quizás para no lanzar un dardo en plena fiesta o para no dar carnaza a los que quieren ver en cualquier disparidad de criterios una crisis. Ante el Nápoles, este miércoles, primera ocasión para ver si el Madrid sigue luciendo este 3-5-2 que ha vestido este invierno o si se lo deja en el armario. Zidane decide.